Astrid Márquez sintió un piquete en la espalda y al voltear vio a un ladrón que la amenazaba con un cuchillo.
“¡Dame lo que traigas!”, le ordenó el asaltante.
La joven estudiante de la Universidad La Salle de León obedeció y entregó su cartera y su iPhone 5.
“Cuenta hasta 100 y no voltees”, le ordenó el hampón, mientras emprendía la huida.
Este atraco ocurrió alrededor de las 6 de la tarde, cuando Astrid caminaba por avenida Universidad, en la colonia Lomas del Campestre.
Casi a la misma hora, en la avenida Miguel Alemán, un ladrón en bicicleta se acercó a un puesto de compra-venta de celulares, a ofrecer su botín.
“¿Qué onda carnal? Ochocientos por este iPhone, está calientito, se lo acabo de bajar a una morra”, ofreció con descaro el ladrón.
“Si quieres, te doy 350”, respondió el comerciante, mientras revisaba el aparato robado.
El asaltante exigió más dinero, pero el comerciante se rehusó.
“Si quieres busca otro comprador”, le dijo cortante.
Con palabras altisonantes, el delincuente alegó que estaba ‘calientito’ (recién robado). Al final, accedió a recibir 350 pesos por un teléfono valuado en más de 12 mil.
Un cliente se acercó al puesto a preguntar por un modelo específico de celular, y el ladrón intervino con desvergüenza: “Si quieres te lo consigo. Lo que gustes, nada más aguántame un rato”.
La espera de un rato era para ir en busca de una potencial víctima.
“Te lo dejo más barato (el teléfono) que si te lo vende este güey (el comerciante). Nada más aguántame”.
A esa hora la avenida Miguel Alemán estaba llena de compradores. La Policía y los inspectores del Municipio pasaban a un lado de los puestos sin intervenir.
Junto al sitio donde se realizó la compra-venta del iPhone robado hay más puestos de teléfonos de dudoso origen.
Junto a una mueblería hay una vitrina llena de teléfonos y a unos pasos hay otro local en el que además se exhiben cargadores, tabletas y lentes. Una mesa sobre la banqueta ofrece en un letrero: “Compro, qué vendes, tenis, celulares, lap top y más”. Cerca del Centro de Salud, cinco comerciantes tienden una franela en la que colocan su oferta de hasta 25 celulares usados.
Un cliente pregunta por un radio Nextel, pero al no tenerlo a la mano, el comerciante pide unos minutos para conseguirlo, y camina hacia el sur sobre la misma avenida, lanzando chiflidos.
Se comunica con otros comerciantes, para surtir el modelo solicitado.
“Ahorita te lo conseguimos”, se compromete el vendedor.
Y cumple su promesa. Después de unos minutos, el cliente obtiene el radio solicitado.
Son robos bajo pedido.
Mercancía ‘chueca’
en tianguis
Carlos García, quien se dedica a la reparación y venta de celulares desde hace 10 años, dijo que lo más probable es que un teléfono móvil vendido en la calle sea producto de un robo.
“Es muy fácil identificar los celulares robados, porque están a un precio muy por debajo del precio real, se comercializan sin factura, te los venden en tianguis, o en ciertas zonas en donde proliferan los vendedores de celulares como en la Miguel Alemán”.
Un teléfono de 2 mil pesos se oferta a menos de la mitad de precio.
También se pueden identificar porque algunos teléfonos llegan a resultar bloqueados, y para activarlos se tiene que pagar un dinero extra con un técnico.
AM detectó la venta de teléfonos celulares sin factura y a bajo costo en tianguis de las colonias León I, Las Arboledas, Azteca, Rinconada del Sur, Linares, 10 de Mayo, El Coecillo, Flores Magón, Los Olivos, Loma Bonita, así como en la ‘Línea de Fuego’, ‘La Pulga’, la avenida Miguel Alemán y calle Comonfort.
Reparten tarjetas
En el tianguis ubicado en la colonia Linares son siete los puestos que ofrecen celulares usados de al menos cinco marcas.
Los modelos más pedidos son las versiones touch que llegan a los mil 500 pesos, aunque con 500 pesos los comerciantes ofrecen celulares con cámara, wifi, y acceso a redes sociales.
Un modelo touch de LG L3x, con valor en el mercado de mil 799 pesos, lo ofrecieron al reportero a 650 pesos.
Los radios son lo nuevo en el tianguis. Un aparato original modelo Ferrari, de Motorola, cuesta 2 mil 200 pesos, pero los aparatos robados los ofertan en menos de 800.
Un comerciante entregó una tarjeta al reportero, con la leyenda ‘Compra, venta y cambio de celulares’ y un domicilio en la colonia Manzanares. Se pueden hacer pedidos por teléfono.
’Para todos hay’
Ocho puestos de teléfonos usados son los que se instalan cada jueves en el tianguis de El Coecillo y La Candelaria.
Un celular S III mini de Samsung era ofertado en 2 mil pesos, pese a que su precio original es de casi 7 mil pesos.
“¡Para todos hay!”, gritaba un vendedor que tenía los celulares divididos por precio, desde un Nokia de 250 pesos con cámara hasta los iPhone de 3 mil 100 pesos.
Un LG Optimus L5 X de color negro fue ofertado en 850 pesos con la posibilidad de tomar a cambio otro equipo, su valor normal original es de 2 mil 999 pesos con las mismas características.
Un radio Motorola Purp i786 W y Dash i460 se ofrecen en 400 pesos el par.
El precio original de esos equipos es de 1,200 pesos con un distribuidor directo.
En ‘La Línea’, la mayor oferta
En la ‘Línea de Fuego’ son 15 los puestos que ofrecen celulares a bajo precio.
En una manta roja colocan los teléfonos acomodados por hileras.
Tan sólo en un puesto había 35 celulares colocados en dos mesas. Entre las marcas destacaban Black Berry, Samsung, Motorola, LG, y Sony, incluyendo equipos de radio desde los 300 pesos.
Los comerciantes cada vez se vuelven más selectivos en la adquisición de equipos.
“No agarramos celulares viejitos”, aclaró un comerciante.
En el tianguis de la colonia Azteca los radios Nextel de modelo antiguo se comercializan desde 250 pesos.
Y al igual que en la ‘Línea de Fuego’, desprecian los modelos antiguos.
“Estos están más baratos porque no tienen el sistema ‘Android’, estos ya no te los agarran ni en las casas de empeño, están en 250, 350 y 500”, dijo un vendedor mientras mostraba equipos antiguos.
En contraste los aparatos touch son muy cotizados.
“Estos no los bajan de mil 500”, dijo un comerciante que ofrecía 50 aparatos en su puesto.

‘Todo está calientito’

En el tianguis de la colonia León I hay once puestos que ofrecen celulares usados.
Los propios comerciantes reconocen que ofertan mercancía robada.
“Todo está ‘calientito’ (recién robado), el celular que ocupes te lo encontramos barato”, ofreció un comerciante que tenía en su puesto 107 celulares usados de todas las marcas y modelos.
El vendedor ofrece a su clientela conseguir cualquier modelo.
“Si no lo tenemos al momento, la próxima semana ya lo tienes”.
Este tianguis inicia en la calle Arturo Valadez Sánchez y bulevar Alonso de Torres.
Los precios de los aparatos van desde los 400 hasta los 1,500 pesos.
Los teléfonos son colocados en mesas o en el piso, sobre una franela roja.
El tianguis se extiende por un tramo de terracería hasta la calle Río Nilo, donde está la sección de “chácharas”. En ese punto se ofertan teléfonos con menor calidad en su mayoría Alcatel, Nokia, LG y Motorola.
En ese sitio los aparatos se ofertan desde 80 pesos.

‘¡Bara, bara…!’

Cada sábado, un joven de no más de 20 años de edad recorre los pasillos del tianguis ‘La Pulga’, ofreciendo celulares usados a bajo precio.
Los aparatos los guarda en una mochila que lleva en hombros.
La gente se acerca para preguntar modelos y costos.
“¿Qué es lo que necesitabas? ¿Qué busca? ¡Bara, bara…”, grita mientras camina por los pasillos.
“Si no lo tengo, se lo encuentro”.
Los potenciales clientes lo detienen, revisan la mercancía que lleva en la mochila, regatean el precio y hacen solicitudes de modelos específicos.
En el tianguis de la colonia 10 de Mayo también se ofertan celulares usados entre carros de juguete, relojes, cargadores, fundas y pilas.
Los precios varían de 90 a 900 pesos, según el modelo.

‘Mi amigo quiere chocolates (artículos robados)’

El tianguis de la colonia Flores Magón es un punto de encuentro con los vendedores de celulares robados.
AM contactó a un ladrón que rondaba entre los puestos en busca de clientes.
“Nosotros le damos precio, jefe. ¿Qué anda buscado?”, dijo el ratero a quien consideraba un potencial comprador.
El ladrón convenció al reportero de acudir a una bodega, en la que tenía un amplio inventario de celulares.
Tras caminar dos cuadras, llegó a un local en la calle Orense de la colonia Vista Hermosa, en donde cuatro hombres reposaban sobre un automóvil viejo color blanco.
“¡Báscula, carnales! Mi amigo quiere chocolates (artículos robados)”, gritó con voz ronca. Sus compañeros atendieron de inmediato al llamado y vaciaron en una tela roja más de 50 celulares robados que guardaban en tres mochilas: iPhone, iPod touch, Samsung touch, Motorola, Nokia, y LG eran los modelos más comunes, todos de alto precio.
“¿Cuál se lleva jefe?”, preguntó el ladrón-vendedor. “Todos están caladitos, si se lleva cuatro le damos precio”, ofreció mientras sostenía dos iPhone en una mano.
El par de aparatos lo ofertaba en mil 200 pesos.
Con la promesa de volver, los ladrones hicieron mueca de disgusto al no cerrar la venta, pero reafirmaron el trato con un choque de nudillos.
“Lo que se le ofrezca jefe, acá estamos”.

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