ALLÁ en Tamaulipas no entienden qué tanto festeja Francisco García Cabeza de Vaca, pues la Suprema Corte lo que hizo fue reconocerle el fuero, pero no lo declaró inocente. En realidad, lo que el panista logró fue ganar 40 días de gracia, pues en cuanto deje el cargo sus carpetas de investigación serán judicializadas.
Y NO ES una sino varias carpetas de investigación, sobre todo ahora que su némesis, el extitular de la UIF, Santiago Nieto, ha tenido acceso a información del gobierno de Tamaulipas como parte del equipo de transición de Américo Villarreal. ¡Ándale!
DE HECHO, no es por aguarle la fiesta a Cabeza de Vaca, pero la próxima semana se presentarán ante la Fiscalía Anticorrupción de la FGR las primeras denuncias referentes a contrataciones que hizo el saliente gobierno panista. En ellas se señalan adjudicaciones por casi 350 millones de pesos a empresas que, a decir de los expertos, parecen de utilería, identificadas como Cadrex SA de CV, Marvi Promotora de Bienes Raíces y Maytrack. Así que esta historia, como diría la vaca, va para muuuy largo.
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QUIENES sí saben de temas de salud, dicen que Hugo López-Gatell se mordió feo la lengua con sus críticas a los consultorios de farmacias, pues el éxito de éstos es directamente proporcional al fracaso del sistema público de salud.
ES DECIR, si el gobierno federal no hubiera desmantelado el Seguro Popular, no hubiera insistido en su quimera del Insabi, no hubiera ahorcado presupuestalmente al sector; y tuviera titulares más médicos y menos políticos, la población no tendría que acudir a atenderse con el Doctor Simi.
PORQUE no es culpa del doctor de la farmacia que el sistema público tenga tasas de atención de apenas el 43 por ciento. De hecho, el fracaso de la 4T en salud se refleja en que el llamado gasto de bolsillo, el que hacen directamente los ciudadanos, se disparó en 40 por ciento. Y el desabasto de medicamentos del gobierno obligó a los pacientes a gastar un 68 por ciento más, de acuerdo con los datos del Centro de Investigación Económica y Presupuestaria.
EL PRESIDENTE prometió que seríamos como Dinamarca, pero con López-Gatell estamos en lo mismo, pero no más barato, sino más ineficiente.
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QUIENES defienden a capa y espada a la 4T dicen que hay que tenerle consideración al Presidente porque, a fin de cuentas, todos vamos en el mismo barco con bandera mexicana. La realidad, sin embargo, es que no todos vamos en el mismo barco, sino que todos estamos en la misma tormenta social, económica y de seguridad. Algunos van en yates de grandes negocios con el poder. Otros andan en canoas de ciudadanos sin privilegios ni conectes políticos. Y muchos más se están ahogando ante la falta de oportunidades, la escasez de medicamentos o la educación pública cada vez más deficiente. Así que quienes siguen aplaudiendo sin cesar son como los músicos del Titanic que, mientras se hundía el barco, ¡seguían tocando!