Dicen que para que la cuña apriete tiene que ser del mismo palo. El presidente López Obrador, el secretario Adán Augusto López y el senador Ricardo Monreal, tres ex priístas, lograron fracturar al PRI. Y lo hicieron echando mano de los métodos que aprendieron en el PRI: con una mano negociando y con la otra amagando con los expedientes.

Los priistas se fueron doblando uno a uno. Los diputados cayeron redonditos todos y rápido, con tal de salvar el pellejo de su líder nacional, Alejandro “Alito” Moreno. Los senadores resistieron el primer embate. Les hicieron una fisura. Para el segundo embate, el de ayer, lo que se veía era una clara fractura.

La relación de Morena con estos priistas no se está planteando como una relación de iguales. Se plantea como una relación de sometimiento, de obediencia, de resistir y bajar la cabeza, de que los insulten y en vez de respingar, pongan rodilla en tierra. Lo acabamos de atestiguar:

El gobernador Alfredo Del Mazo ha sido sumamente gentil con López Obrador, elogió a Claudia Sheinbaum durante su propio Informe en Toluca, apenas antier acudió al Informe de ella en el Auditorio Nacional a escuchar que le griten ¡pre-si-denta!, comprometió el voto de su senador (Eruviel Ávila) a favor de la reforma hipermilitarista y cuando ayer se presentó en la conferencia mañanera para cooperar en el intento de resurrección del AIFA, el presidente le soltó: ¿se imaginan la fiesta que harían nuestros adversarios corruptos si encontraran que tenemos cuentas en Andorra?

La referencia fue también un misil a la senadora Sylvana Beltrones, hija del emblemático priísta Manlio Fabio Beltrones. Antier ella votó junto con Morena en comisiones la iniciativa del presidente. Así se lo agradecieron. Hay que recordar que tanto Del Mazo como Beltrones fueron involucrados en un escándalo de cuentas bancarias en Andorra.

Ni qué decir del PRD. Son poquitos y están divididos. Su dirigente nacional, Jesús Zambrano, hacía un llamado para votar en contra de la iniciativa mientras anunciaba su respaldo a la reforma presidencial su senador más relevante, Miguel Ángel Mancera, exjefe de gobierno de la Ciudad de México.

A Mancera también lo maltrataron en “agradecimiento”. Recién terminaba de informar que sumaba su voto a Morena, cuando Claudia Sheinbaum le daba un raspón desde la jefatura de Gobierno: “Aquí había un lugar que tenía el anterior jefe de Gobierno, en [la calle] Sterling, que se volvió famoso, de hecho hay gente detenida por parte de la Fiscalía General de Justicia, y siguen las investigaciones porque era un lugar que se dedicaba al espionaje”.

Saciamorbos

“El futuro abanderado / sin ser nunca mencionado / aunque todos me conozcan / por las reformas de AMLO”, canta Ricardo Monreal en su rap de campaña. La letra es más pertinente que nunca. A ver si con la votación en el Senado cambia la letra o se va con su música a otra parte.

 

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