Llega el estado de cuenta de la tarjeta bancaria con la información obligada sobre las tasas de interés. El CAT (Costo Anual Total) de Banamex, sin IVA, marca un 67.7%. (El CAT de las distintas tarjetas va del 23.5% -Banregio- al 107.9% -IDEAL Scotiabank-).
Esto es sólo el comienzo. Si el Banco de México sigue su aumento constante en la “tasa de referencia”, vendrá una presión para quienes tienen deuda variable en hipotecas y tarjetas de crédito. Lo mismo sucederá con las tiendas departamentales que emiten plásticos. El golpe al consumo puede detener la economía, justo cuando comenzaba el crecimiento.
Según expertos financieros, el Banco de México aumentará su tasa de referencia del 9.25% al 10.75%. Lo que no sabemos es si podrá lograr su meta de detener la inflación. El efecto de la Guerra en Ucrania distorsionó todos los precios del petróleo, el gas, los granos y el fertilizante. En eso nada tuvo que ver nuestro gobierno ni sus funcionarios. Somos espectadores de una tragedia mundial que ha producido dolor y pobreza. Europa pasará frío este invierno por la falta de gas ruso, algo que nunca imaginamos para el continente más rico, desarrollado y equilibrado.
Lo único bueno del amargo apretón es que puede durar menos de un año. Todos los bancos centrales de las economías más grandes están haciendo lo mismo y lo que algunos temen ya no es un largo periodo de inflación sino de deflación. A la hora que falte el dinero y sobre la oferta de bienes, los precios podrían regresar. Japón sufrió deflación durante dos décadas con grandes problemas económicos.
Cuando hay inflación el consumidor compra hoy porque mañana los precios serán más altos; cuando hay deflación la gente guarda su dinero porque le alcanzará para comprar más en el futuro. La meta propuesta por el Banco de México es llegar al 3% de inflación a finales del 2024, justo cuando cambie el sexenio.
Una de las causas de la inflación en el precio del dinero (tasas de interés) es la burocracia judicial. Los bancos tienen que quebrantar miles de cuentas por la burocracia judicial. Cobrar una cuenta en México es un laberinto que puede durar años. Al final quienes pagan esas cuentas perdidas son los acreditados que sí pagan. Justos por pecadores.
En el Senado contemplaron poner límite a la usura bancaria. Ante la desproporción del cobro en tarjetas de crédito y créditos al consumo de tiendas como Elektra o Coppel, sonaba justiciero. Pronto comprendió el líder Ricardo Monreal que era peor el remedio que la enfermedad. Aunque la banca cobra lo que le parece, buena parte de lo que pagan los que sí pagan es por la falta de nueva legislación que ayude al cobro de cuentas de quienes no pagan.
El buró de crédito ayuda; los historiales crediticios de los consumidores también, pero la ejecución de un cobro es impredecible. Solución de la banca mexicana: cobramos altísimas tasas para ganar mucho y reponernos de los quebrantos. Por si fuera poco el fisco no ayuda al impedir que las cuentas incobrables sean deducibles. En un video Ricardo Salinas Pliego de Banco Azteca, se queja de que el SAT no le acepta las incobrables de sus negocios y dice: “a ver que las cobren ellos”. Mucho hay que cambiar en este México.