Llegó hasta donde quiso,
está en donde él quería,
se resolvió con un beso,
viva la politiquería.
El clímax para el tlatoani,
la adoración de su gente,
la virgen está junto a mí,
no lo para ni el detente.
La Iglesia de la luz del Mundo,
se está quedando atrasito,
adoro al peje es profundo,
cree merece un templecito.
Se ve a la gente del presi,
querer besarle la mano,
ya hasta se parece a Messi,
es un peje más humano.
Y no le pesa la aureola,
la lleva con mucho orgullo,
por donde quiera “la ola”,
casi cosa de Perogrullo,
tlatoani con su batahola,
un macuspano en su jugo.