Carlos Loret de Mola Álvarez lleva más de tres años de ser el crítico más agudo de la administración del presidente López Obrador. Antes, su trabajo destacado en noticieros de Televisa lo colocaba en línea sucesoria de Joaquín López Dóriga, quien conducía el principal noticiero de televisión del país. Nunca llegó.
Loret abría los noticieros del duopolio televisivo por la mañana, con las condicionantes de la empresa que debe su concesión y buenos ingresos publicitarios al gobierno federal. Con límites, Televisa sigue al margen de la controversia, de las grandes revelaciones como la Casa Blanca de Peña Nieto o la Casa Gris de Houston del hijo de López Obrador. Los intereses de Televisa son más comerciales.
El joven Loret olfateó una oportunidad después de ser removido de su programa por presiones oficiales. Al menos eso insinúa cada vez que se refiere al gobierno actual. Las “benditas redes” estaban abiertas para quien quisiera experimentar un modelo nuevo de empresa informativa. Nació LatinUS con la participación de capital privado en sociedad con la familia de Roberto Madrazo, ex gobernador tabasqueño y ex candidato presidencial del PRI. Un viejo rival de AMLO.
En 70 programas de Youtube llamados simplemente “Loret”, encabeza la verdadera oposición a López Obrador. Bajo el sello de su empresa acogió a Victor Trujillo (Brozo) y a comentaristas de alto calado como Jesús Silva Herzog Márquez, Héctor Aguilar Camín, Jorge Castañeda, Amparo Casar, María Scherer, entre otros. LatinUS es un modelo de negocio que antes no conocíamos hasta que los “youtubers” comenzaron a cosechar audiencias y muchos millones.
El viernes pasado en su programa “Tenebroso”, Victor Trujillo superó el millón de espectadores en apenas 3 días y los últimos programas de Loret rebasan el millón de vistas, especialmente en el que publicó la Casa Gris de José Ramón López Beltrán en Houston hace 12 días y que está a punto de llegar a 2 millones de reproducciones.
Con esa audiencia Loret pone los ladrillos de un medio nuevo, libre y el más crítico. Además tiene la barra de una a tres de la tarde en W radio, la estación más antigua del país. En la W conserva el mismo estilo hiper crítico del presidente. La estación pertenece a Televisa y al grupo español de medios Prisa, propietario del periódico El País, el más importante en lengua española en el mundo. Loret goza de plena libertad por un acuerdo que tuvo Prisa con Televisa. La compañía española tendría absoluta independencia en los contenidos informativos de la estación.
Para un gobierno y un presidente que domina el espacio informativo desde su “rueda de prensa diaria”, resulta intolerable tener críticos tan populares como Loret y Brozo. Justo ayer AMLO preguntaba al periodista cuánto ganaba cada mes y quién le paga. Un tema muy espinoso para López Obrador porque Loret le puede devolver la pregunta o condicionarla a que el propio mandatario informe de qué vivió desde 2006, cuando perdió la elección hasta el 2017 y no tenía empleo aparente o ingresos declarados.
Por el nombre, LatinUS, es probable que la empresa haya sido establecida en Estados Unidos como una corporación norteamericana. Al igual que Univisión o CNN puede transmitir en redes sociales sin tener que reportar ingresos en México. Un hueco fiscal entre países. Quienes deben declarar, por ser mexicanos, son quienes reciben salarios de la empresa.
Con la globalización y las redes sociales, la libertad de expresión tiene una dimensión que jamás vimos en el país. Loret y sus patrocinadores lo saben. También lo sabe el Presidente a quien ataca un día sí y otro también.