“Ellos votaron con los pies”. 

Atribuido a Lenin

No es la primera tragedia de este tipo en San Antonio y sus alrededores. En 2003 se encontraron 19 cuerpos de migrantes en la caja de un tráiler en Victoria, unos 160 kilómetros al sureste de la ciudad. En 2017 fueron 10 los cuerpos hallados en otro tráiler en un Walmart. Este 27 de junio han sido 50 los muertos en un tráiler en San Antonio. No es Texas el único lugar en que ocurren estas tragedias. En diciembre pasado 57 inmigrantes fallecieron en Chiapas por la volcadura de un tráiler que transportaba, hacinados, a unos 150. 

Los migrantes están votando con los pies. Si bien los políticos les dicen que el capitalismo es perverso, millones arriesgan su vida para buscar el “sueño americano”. Ninguno quiere ir a Cuba. Venezuela, que durante décadas fue un importante receptor de migrantes, hoy los expulsa. Ni siquiera México, con sus generosos programas sociales, es el destino elegido. Los centroamericanos vienen solo para cruzar a Estados Unidos. El número de mexicanos que emigra ha estado aumentando también en los últimos años. 

Entre 1990 y 2000 las aprehensiones de la Patrulla Fronteriza estuvieron siempre por arriba del millón anual, con un pico de 1.7 millones en 2000, pero las cifras decrecieron en años posteriores. Entre 2010 y 2018 el total se mantuvo por debajo del medio millón anual, pero en 2019 se duplicó para alcanzar los 859,501. En 2020 hubo un descenso por la pandemia, pero en 2021 el número se disparó a 1,659,206. En 2022 las cifras han seguido aumentando; nada más en mayo se registraron 239,416 “encuentros” de la Patrulla Fronteriza con inmigrantes ilegales. 

El gran salto de 2019 coincide con el inicio del gobierno de López Obrador, quien primero ofreció abrir las fronteras a los inmigrantes centroamericanos y después endureció el ingreso y empezó a usar la Guardia Nacional para frenar a los migrantes. En 2021 y 2022 el aumento ha tenido lugar en el comienzo del gobierno de Joe Biden; por eso el gobernador de Texas, Greg Abbott, lo ha responsabilizado a él, y a su política de “fronteras abiertas”, por las muertes en el tráiler. No hay, sin embargo, ninguna indicación de que Biden haya realmente abierto las fronteras a la migración. 

Abbott culpa a Biden porque sabe que la inmigración ilegal es sumamente impopular en Estados Unidos y su estrategia política, como la de Trump, es pedir el cierre a la inmigración. El arzobispo de San Antonio, Gustavo García-Siller, ha criticado a Biden desde el otro lado de la ideología: “La falta de valentía para hacer frente a la reforma migratoria está matando y destruyendo vidas”. En realidad, ninguna reforma políticamente posible permitiría la libre migración a Estados Unidos. 

Las nuevas muertes trágicas de migrantes en San Antonio se están registrando, paradójicamente, en un momento de aguda escasez de mano de obra en la Unión Americana. Las empresas están teniendo enormes dificultades para llenar puestos que usualmente ocupan los migrantes. Se está llegando incluso a afectar la productividad de la economía. Lo que más convendría a los estadounidenses sería ampliar la inmigración legal, pero el rechazo popular lo hace difícil, si no imposible. 

Los migrantes, sin embargo, no dejarán de votar con los pies. El desastre económico y de seguridad de México y Centroamérica impulsa el éxodo. Repartir dinero en dádivas, como ha hecho López Obrador, no ha frenado el proceso. La verdadera solución sería impulsar la inversión productiva para generar esos empleos bien pagados que los migrantes están buscando en la patria del capitalismo. 

 

Apergollados

Según AMLO, los religiosos que piden un cambio de estrategia de seguridad “están muy apergollados por la oligarquía mexicana”. Curioso. Los jesuitas asesinados estaban trabajando directamente con los rarámuris en Chihuahua. Supongo que esos indígenas son oligarcas encubiertos. 

 

 

Leave a comment

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *