EL AMBIENTE de sucesión adelantada no solamente se vive en Morena, donde las corcholatas presidenciales andan destapadas… lo mismo ocurre en la Suprema Corte de Justicia de la Nación.
CUENTAN que en las oficinas de los ministros Yasmín Esquivel, Alfredo Gutiérrez Ortiz Mena y Javier Laynez ya se discuten estrategias para suceder a Arturo Zaldívar, quien después de la fallida intentona para ampliar su mandato dejará la presidencia de la Corte el 31 de diciembre próximo.
SEGÚN DICEN, los dos primeros buscan representar al grupo de integrantes del pleno que son cercanos a Palacio Nacional, mientras que Laynez quiere ser la apuesta de aquellos que no comulgan con el actual gobierno federal.
ASÍ ES QUE no se sorprendan si los ya mencionados comienzan a tener mayor exposición mediática, presencia en redes sociales y al rato aparecen hasta en la sopa, pues queda claro que a diferencia de lo que ocurría en otras épocas, en estos tiempos, quien no se mueve no sale en la foto.
AUNQUE hay quienes se preguntan si el relajo en el que se ha convertido el AICM no será un plan con maña para desincentivar el uso de ese aeropuerto y favorecer al AIFA, todo indica que no hay tal complot.
Y ES QUE el monopolio de taxis de sitio y el hostigamiento a los autos de alquiler por aplicación, los abusos de los agentes migratorios, así como la tardanza en la entrega y hasta el saqueo de maletas parecen responder a una concatenación de malas decisiones y peores prácticas de la SCT, el Instituto Nacional de Migración y Aeropuertos y Servicios Auxiliares.
ASÍ ES QUE no les restemos “mérito” a esas dependencias federales que solitas pueden hacer colapsar un aeropuerto internacional aun sin proponérselo.
EL NOMBRAMIENTO de César Yáñez como subsecretario de Gobernación puso en alerta a los sospechosistas, quienes elucubran si la idea es enfilarlo como titular de la Segob para el último tramo del sexenio.
PORQUE, tarde que temprano, Adán Augusto López tendrá que dejar el cargo para buscar la candidatura presidencial de la 4T.
Y ES BIEN sabido que, al cierre de sus administraciones, los presidentes de México suelen poner en puestos clave a gente de su entera confianza para que les cuiden las espaldas.
PARA RIPLEY’S que hasta las parroquias en Jalisco paguen cuotas al crimen organizado para seguir abiertas.
YA NADA más falta que las escuelas primarias tengan que pagar derecho de piso… ¡ah, no! Eso ya sucede en Morelos y Guerrero.