BUENO y a todo esto, ¿dónde está “El Chueco”? Ya pasaron 15 días del asesinato de los dos sacerdotes jesuitas y un reconocido guía de turistas en Cerocahui, en la Sierra Tarahumara, y las autoridades estatales y las federales siguen sin resolver el caso. Y ni siquiera parecen estar cerca de lograrlo.
LUEGO del triple homicidio, como es usual, vino el intenso operativo de apantallaje para hacer como que se hace algo. La fiscalía chihuahuense ofreció 5 millones de pesos de recompensa por José Noriel Portillo Gil. En tanto, la Secretaría de la Defensa Nacional anunció el envío de ¡300 efectivos militares! a la zona, para repartir abrazos.
EL ÚNICO resultado obtenido hasta ahora es la detención, por pura casualidad, de dos personas con una pistola y dos rifles; y al parecer uno de ellos es primo de “El Chueco”. Y nada más. Lo raro del asunto es que al presidente de la República le molesta más que los sacerdotes exijan justicia que la falta de resultados de las fuerzas del ¿orden?
LUEGO de su desaguisado con la comunidad judía, Andrés Manuel López Obrador se apresuró a aclarar ayer que tiene una excelente relación con ella. Sin embargo, al mismo tiempo siguió negándose a reconocer el error de banalizar los crímenes de Adolfo Hitler. Resulta curioso que quiera achacar a las fuerzas conservadoras (lo que sea que eso signifique) el conflicto que él mismo generó con este sector de la población.
PERO lo más curioso de lo curioso es que, en ese contexto, se saca de la manga que al líder social que más admira es a Jesús Cristo, diciendo que fue perseguido por los “poderosos” de su época. ¿A poco el Presidente ahora va a acusar al pueblo judío de la crucifixión? ¡Qué ganas de inventarse enemigos!
TAL VEZ Andrés Manuel López Obrador necesita echarle una llamada telefónica a su amigo Larry Fink, el multimillonario CEO de BlackRock, para que el empresario de origen judío le explique con palitos y bolitas por qué Hitler no es una buena referencia para su discurso.
BIEN por Claudia Sheinbaum que abrió la puerta a que la fiscalía capitalina investigue si la falla de ayer en la Línea 2 del Metro fue un acto de sabotaje. La fiscal Ernestina Godoy podría empezar a buscar a los saboteadores entre aquellos funcionarios que, con el pretexto de la austeridad, recortaron criminalmente el mantenimiento de la Línea 2, de la 3, la A, la 12, la 9…