“Mi vida ha sido formada por ser mujer. No pienso que sea odio decirlo”. 

J.K. Rowling

El contrato de trabajo de Maya Forstater, una investigadora de 49 años, con el Center for Global Development, institución con sedes en Washington y Londres que busca combatir la pobreza, no le fue renovado por expresar un punto de vista polémico en sus redes sociales. Un juez laboral en el Reino Unido primero descartó su demanda por discriminación al afirmar que los puntos de vista de Maya no son “merecedores de respeto en una sociedad democrática”. Un tribunal de apelaciones, sin embargo, determinó este 6 de julio que había sufrido un despido por discriminación.

¿Cuáles eran esas opiniones tan malvadas que según el juez de primera instancia no merecen respeto en una sociedad democrática? Que una mujer es mujer por su sexo y que los “sentimientos internos de un hombre de que es mujer no tienen base en la realidad material”. Estas y otras afirmaciones similares fueron consideradas razón suficiente para despedirla.

No es el único caso de una mujer castigada por defender la idea de que las mujeres nacen mujeres. La organización Women’s Human Rights Campaign ha publicado los casos de 11 académicas censuradas por defender esa posición (filia.org.uk), entre ellas la mexicana Laura Lecuona González, autora del libro Las mujeres son seres humanos.

Las organizaciones progresistas del mundo están haciendo enormes esfuerzos por evitar el término “mujer”, como si este fuera motivo de vergüenza. Cuando un portal de internet, Devex, argumentó que “las personas que menstrúan” deben gozar de condiciones de equidad, la escritora británica J.K. Rowling, autora de los libros de Harry Potter, ironizó en Twitter: “¿Personas que menstrúan? Estoy segura de que había una palabra antes para esas personas.”. Miles de activistas la cuestionaron y pidieron a Twitter que la censurara.

La palabra “mujer” se ha convertido en tabú en ambientes supuestamente progresistas. Planned Parenthood, que defiende el aborto, está usando el término “gente que da a luz”. La American Civil Liberties Union (ACLU), organización creada para combatir la discriminación, afirmó que los esfuerzos por penalizar el aborto son una amenaza para varios grupos: “Negros, indígenas, la comunidad LGBTQ, los inmigrantes y los jóvenes”. No mencionó a las “mujeres”. La misma ACLU modificó en un tuitt una famosa cita de la fallecida jurista Ruth Bader Ginsburg “sobre la decisión de una mujer de tener un hijo”; en vez de la ofensiva palabra “mujer”, usó “persona”.

Este rechazo a la palabra “mujer” es consecuencia de un activismo de grupos que defienden los derechos de los hombres que cambian de sexo. Para ellos, las mujeres ya no son mujeres sino “personas con vaginas” o “personas que menstrúan”. Coincido en que no debe haber discriminación por cambiar de sexo, pero eso no da derecho a discriminar a las mujeres que piensan diferente o que defienden los derechos de las mujeres frente a quienes han cambiado de sexo.

Pamela Paul ha señalado en el New York Times: “La extrema derecha y la extrema izquierda han encontrado una cosa en la que coinciden: las mujeres no cuentan”. Nicole Ault ha argumentado en el Wall Street Journal: “Un feminismo significativo debe promover la dignidad de las mujeres”. Rowling tuiteó después del fallo a favor de Forstater: “Toda mujer que ha sido acosada, silenciada, hostigada o perdió su empleo por sus creencias críticas [a la ideología] de género es más libre y está más segura hoy gracias a la guerrera que es [Maya Forstater]”. Con anterioridad Rowling había asegurado: “No es odio decir la verdad”. Estoy de acuerdo.

 

Precios

El gobierno ha gastado cientos de miles de millones de pesos para subsidiar la gasolina, pero la inflación sigue aumentando. En junio los precios subieron 7.99% anual. El subsidio es políticamente útil, pero prácticamente inútil. 

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