Zeus, el padre de los dioses y los hombres en la mitología griega, tenía en mente dotar a su hijo Hércules con la fuerza y habilidades que le permitieran no solamente ser un héroe entre los humanos, sino un aliado y par con las mismas deidades. Por ello es que hizo los arreglos correspondientes para que obtuviera de los mejores maestros la formación en las más finas artes. 

Anfitrión (el padre adoptivo) le enseñó cómo maniobrar una carruaje de combate. Con Autolycus (un famoso ladrón) aprendió a boxear. Eurytus (famoso combatiente) le adiestró en arquería. Castor (un conocido empresario dueño de caballos) le enseñó a montar. Cheiron (un centauro) lo tuteló sobre modales, refinamiento, decoro y buen comportamiento. Eumolpus (ritualista reconocido) le inició en la música, canto y lira, mientras que Linus (una deidad de los ríos) le inculcó el gusto por la literatura. Todas estas habilidades y destrezas hicieron de Hércules un héroe reconocido y recompensado con la inmortalidad al final de sus días, debido a sus increíbles hazañas y a la gran ayuda que representó para dioses y humanos.

De la historia anterior se desprende un concepto: el entrenamiento y adiestramiento tiene múltiples beneficios y vertido a las organizaciones de salud (y otras empresas) se traduce en la obtención de dividendos como el mejoramiento de procesos, crecimiento y desarrollo, así como la manutención de la competitividad. En el entendido de que los trabajadores son seres humanos, es de esperar encontrar algunas debilidades, carencias o vacíos en sus habilidades profesionales, por lo que la capacitación y adiestramiento permiten fortalecer los basamentos con los que se cuenta, pero también construir conocimiento y experiencia donde se encuentren estas dos características ausentes.

La importancia de fortalecer las habilidades y destrezas de los trabajadores, vía capacitación y adiestramiento, no debe ser subestimada, puesto que es un mecanismo de aseguramiento de presteza y reactividad ante los cambios inevitables y transformaciones. Es decir, permite a los colaboradores responder a los cambios que se producen en sus centros de trabajo, haciendo posible la adaptabilidad a la diversidad laboral, desarrollo profesional y ayuda a satisfacer esa necesidad del trabajador de crecimiento personal continuo.

Ahora bien, los mecanismos para la adquisición de nuevas habilidades, el pulimiento de las existentes, la mejora del desempeño y el incremento de productividad de los trabajadores deben ser promovidos, conducidos e implementados por los elementos de la dirección de la organización. Los líderes de las empresas, del sector salud y otros ramos, deben ser conscientes de su responsabilidad y obligación de fortalecer el ambiente laboral a través de estos enfoques de desarrollo. Mediante evaluaciones, identificación de deficiencias, necesidades y expectativas de los colaboradores, es como los dirigentes de las corporaciones habrán de establecer estos mecanismos de capacitación y adiestramiento.

Desde luego, esto no es universal en todas las organizaciones, puesto que hay directivos que son ajenos, omisos e incluso negligentes a apoyar estas actividades y esto tiene por lo menos tres orígenes: no querer hacerlo (para lo cual hay que recordarles que es menester de su cargo el llevar a cabo estas actividades), no poder hacerlo (a lo que se les debe hacer caer en cuenta que habrán de gestionar los mecanismos para lograrlo) o simplemente no saber hacerlo (situación grave y no infrecuente, para lo cual habrá que reevaluar la experiencia, adiestramiento formal y capacidad como altos directivos).

Nuestro sistema de salud, para reestructurarse, consolidarse, mejorar y ser un garante de justicia y bienestar social, debe apuntalarse en profesionales que posean las acreditaciones correspondientes, que sean experimentados y que además estén en un proceso continuo de mejora, lo anterior basado en programas sensatos y estructurados de evaluación, capacitación y adiestramiento, siendo conceptos que deben ser una exigencia aplicada a los profesionales sanitarios (los cuales también deben ser solicitados por los mismos) para ser garantes de una atención de calidad a las poblaciones.

(Médico Patólogo Clínico. Especialista en Medicina de Laboratorio y Medicina Transfusional, profesor de especialidad y promotor de la donación altruista de sangre) 

 

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