Bienvenidos mis queridos lectores a esta su columna de confianza. Tras una larga novela con desenlace agridulce, los Pumas de la UNAM oficializaron esta semana la llegada del brasileño Dani Alves a sus filas.
Para algunos un golpe mediático, para otros una mejora deportiva y para un pequeño sector una auténtica estafa, la llegada del jugador con más títulos en la historia del futbol profesional a la escuadra universitaria sonó con fuerza en los distintos medios deportivos.
El pasado miércoles Alves tuvo sus primeros minutos con la casaca de los Pumas y repartió una valiosa asistencia en el último minuto del tiempo regular desde un tiro de esquina, dándole a su equipo un sufrido empate frente a Mazatlán.
Con 39 años, Dani Alves se mostró sereno, pero sobre todo comprometido con el club, mostrando intensidad desde que pisó la cancha y cierta voz de mando para acomodar a sus compañeros.
Su llegado se vio envuelta en especulaciones y vaya que se la puso difícil a la directiva auriazul, pues se dice el lateral del sextete blaugrana logró un contrato de 4 millones limpios por un año de juego, algo impensable para cualquier otro futbolista con esa edad.
Muchos pensamos que la cantidad es desorbitada, la idea de que lo ganado por la venta de Alan Mozo a Chivas sea destinado a un jugador que roza los cuarenta y solo estará un año en el club, va en contra de todo el ADN puma.
Los directivos hicieron su apuesta, una muy extraña, pero tampoco podemos negarle el nivel a Dani Alves, que incluso hoy está GANANDO la carrera para ser el lateral titular de Brasil en la Copa del Mundo, su objetivo máximo. De ahí parte otra parte del problema.
Pasando el mundial, ¿qué incentivo tendrá Dani Alves para mantenerse en ritmo competitivo? ¿vale la pena un jugador que pasando la copa del mundo puede o no mantener su nivel? ¿Es redituable seis meses buenos por cuatro millones de dólares?
Aquí es el momento donde Alves nos calla la boca a todxs y hace campeón a Pumas, lo dudo, pero espero que ojalá así sea.
Al final, a todo aficionado puma un poquito de ilusión le dio su llegada.
La opinión expresada en esta columna es responsabilidad de su autor (a) y no necesariamente representa la postura de AM Hidalgo