Uno de los mayores éxitos en las taquillas de las salas cinematográficas, desde la reapertura de las mismas es “El teléfono negro” (The Black Phone). Esta película ha recaudado más de 140 millones de dólares en la taquilla mundial. El filme fue dirigido por el experimentado cineasta norteamericano Scott Derrickson; autor de títulos como: “Doctor Strange”; “Siniestro”; “El exorcismo de Emily Rose”, entre otros.

El guion de “El teléfono negro” está basado en el relato corto del mismo título, escrito por Joe Hill, quien heredó el virtuosismo literario de su padre, el legendario Stephen King. El filme, resultó ser un atinado coctel de géneros que van desde el coming-of-age, el terror sobrenatural, hasta llegar al thriller psicológico.

Las actuaciones de la película, también escrita por Derrickson, son dignas de colección. Ver a un enorme Ethan Hawke, quien aún enmascarado luce magistral en su interpretación de “The Grabber”, un psicópata convertido en asesino serial. Aunque, el peso actoral de toda la película recae sobre un el muy joven actor Mason Thames, quien tenía solo 13 años al momento de hacer su personaje de “Finney”, un carismático adolescente.

Pero, la fascinación de “El teléfono negro”, va más allá de su trama, o de sus perfectas formas cinematográficas. El encanto de esta obra, se encuentra en todas las referencias fílmicas que contiene. Para empezar, las máscaras usadas por “The Grabber”, son una alusión a “The Man Who Laughs”; cinta de 1928, dirigida por el expresionista alemán Paul Leni. “EL hombre que ríe”, es una adaptación de la novela homónima de Víctor Hugo, que tiene como protagonista a un hombre desfigurado, dueño de una eterna sonrisa. Ese terrorífico rostro sonriente del actor Conrad Veidt en aquel añejo filme, también fue la inspiración de Bill Finger y Bob Kane, creadores del cómic “The Batman”, a finales de los años 30, para diseñar a “The Joker”.

“El teléfono negro”, cita a películas icónicas de los años 70. En el relato, los personajes se refieren a “Operación dragón” (Enter the Dragon), filme insigne del legendario Bruce Lee. También a “Masacre en Texas” (The Texas Chain Saw Massacre), un clásico del cine de terror slasher. La nostalgia por la era setentera es más evidente con la presencia de los cohetes espaciales de juguete, como los de la serie animada “Davey y Goliath”. La añoranza por el año 1978, es más evidente con los extractos en pantalla de “Emergencia” (Emergency!).

“The Black Phone”, es un homenaje a la cinematografía. No solo a las películas de terror, esta película es una oda al cine mismo. El filme, es un monumental para la cinefilia. Es también, una magistral muestra de cómo emplear citas, referencias y homenajes cinematográficos en una película. Fascinante, es el término que bien define a “El teléfono negro”.

ACLARACIÓN       
La opinión expresada en esta columna es responsabilidad de su autor (a) y no necesariamente representa la postura de AM Hidalgo 

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