Dos personas fallecieron al interior de centros de rehabilitación de adicciones, también conocidos como anexos, ubicados en Tulancingo. Los hechos ocurrieron en casos separados atendidos por paramédicos de Cruz Roja ayer lunes.
Se trata de una mujer de 62 años de edad y un hombre de 56 años. En el primer caso la fallecida, identificada como R.M.L.S., estaba internada en el centro de recuperación de adicciones Renacer, ubicado en la colonia Vicente Guerrero.
Al ingresar al anexo, los paramédicos localizaron a la mujer recostada en una cama, luego que ahí fue colocada por personal del establecimiento tras sufrir una caída.
El segundo caso, también ocurrido el 8 de agosto, sucedió al interior de un anexo ubicado en la colonia Paraíso Norte, en Tulancingo. Se trata del hombre identificado como E.S.F., quien tenía unos días de haber sido ingresado.
Los paramédicos confirmaron el deceso de la persona por causas hasta el momento desconocidas.
Encargados del anexo señalaron que aparentemente el ahora fallecido no tenía afecciones físicas, pero sí presentaba constantes alucinaciones.
Ambos decesos fueron reportados al Ministerio Público para hacer levantamiento de pruebas y testimoniales e iniciar las investigaciones.
Los fallecimientos se suman a otros incidentes en ese tipo de sitios, como la atención que recibió un hombre lesionado en varias partes de su cuerpo, quien se encontraba al interior de un centro de rehabilitación, aparentemente agredido en una riña.
Prácticamente todos los centros de rehabilitación de adicciones que operan en Tulancingo lo hacen sin ningún tipo de regulación, por lo que carecen de autorización por parte de autoridades sanitarias.
Se calcula que existen alrededor de medio centenar de anexos en ese municipio, de los cuales, entre diez y doce realizan trámites y gestiones para operar de acuerdo con lo establecido en la Norma Oficial Mexicana para brindar el servicio.