El recuerdo de Leobardo Hernández Regino, quien fue herido por un proyectil de un policía estatal y que días después murió en el Hospital General de Pachuca, regresó cuando estallaron otra vez los gases lacrimógenos frente a palacio de gobierno.
Su cuerpo tendido sobre el pavimento, la sangre manando de su rostro, los policías como sorprendidos de lo que hicieron y la multitud que después corre confusa, son las imágenes de aquel enfrentamiento del primero de junio de 2021 y que ahora regresan como amenaza o advertencia.
Justo en el sitio donde cayó herido Leobardo alguien pintó con líneas blancas una cruz y anunció una nueva manifestación en la plaza Juárez de Pachuca este jueves 11 de agosto.
Era de noche y de nueva cuenta pobladores del Valle del Mezquital exigían obra pública. Acumulaban más de diez horas de bloqueo en los accesos principales del palacio de gobierno y no había forma para retirar la protesta.
Dentro, funcionarios y niños que asistieron a un curso de verano esperaban impacientes que los dejaran salir, según los videos publicados en las redes sociales y que muestran pasillos y escalinatas del edificio ocupadas por cientos de personas ya visiblemente molestas y desesperadas.
Antes de las 23:00 horas de ese jueves el diputado del Movimiento Regeneración Nacional (Morena), Timoteo López Pérez, salió de la sede del Poder Ejecutivo, donde negociaba con el secretario de Gobierno, Simón Vargas, para señalar que si la autoridad no resolvía sus peticiones de obra pública cerrarían carreteras.
Dijo que si había niños en el edificio sin poder salir, también era cierto que del lado de los manifestantes se encontraban varios menores de edad y que no se iban a dejar.
El legislador morenista no terminaba su discurso cuando los policías avanzaron, lanzando artefactos que explotaban con sonidos metálicos y esparcían un gas que impedía respirar, picaba y nublaba la vista, recuperando las entradas principales del edificio mientras los manifestantes escapaban y del diputado nadie supo nada.
¿Qué el legislador en una actitud irresponsable violentó los derechos de los niños y los trabajadores de gobierno al retenerlos? Vale. ¿Qué el secretario de Gobierno es incapaz de garantizar la estabilidad social mediante el diálogo con los manifestantes? Muy bien, pero lo sucedido este 11 de agosto demuestra que no aprendimos ni entendimos la muerte de Leobardo Hernández Regino.
Y lo peor, no estamos haciendo nada para evitar las condiciones que propiciaron que la fuerza desproporcionada de la policía atacara a un joven de 29 años de edad que, al salir de su comunidad sumida en la pobreza, exigía una vida digna.
Previo a la intervención de la policía estatal para disolver a los manifestantes, el gobernador electo Julio Menchaca Salazar escribió en sus redes sociales: “Saliendo de la oficina me encontré con esta hermosa luna. Si tienen oportunidad, tómense unos minutos y disfrútenla. Les envío un saludo afectuoso. ¡Buena noche!” (¿?).
Si ese será el mensaje durante los próximos seis años hay que empezar a preocuparse.
La opinión expresada en esta columna es responsabilidad de su autor (a) y no necesariamente representa la postura de AM Hidalgo