Esta última semana que se ha vivido en todo el país, nos ha dejado con una incertidumbre, miedo, desconfianza, pues la violencia se ha incrementado en todos los rincones del país. Hace aproximadamente dos semanas la inundación de una mina que aun tiene atrapados a varios mineros y los gobiernos tanto federal como estatal de Coahuila están haciendo lo posible por rescatarlos, y las familias de ellos están afuera del lugar, no se mueven, y eso me recordó a un incidente parecido hace varios años, en Pasta de Conchos, donde 63 mineros quedaron atrapados por una explosión en la mina y el gobierno federal del entonces presidente Fox no rescató los cuerpos, de eso ya han pasado 16 años, y aun recuerdo cuando esa noticia estaba siendo reportada en los noticieros, esperemos que esta vez se logren rescatar a los mineros y que aunque es muy difícil que salgan con vida, las familias y muchas personas no pierden la esperanza que así sea.
De esa nota aun latente, paso a recordar que en la semana se dieron la quema de automóviles, tiendas de conveniencia y enfrentamientos en distintos estados del país, como lo fue Jalisco y Querétaro un día, al día siguiente un motín dentro de una cárcel y saldo de varios muertos en Chihuahua, leía en una nota que en la quema de una tienda de conveniencia donde hubo bajas, dos mujeres que solo fueron a pedir trabajo ya no regresaron a su casa con vida, se vivió un día negro para todos los involucrados y al día siguiente de eso en Baja California se registraron bloqueos, y quema de coches y trasporte público en 4 municipios de ese estado.
También el día jueves a medio día habitantes del municipio de San Salvador mantuvieron retenidos tanto a trabajadores de gobierno del estado como a sus hijos que estaban tomando un curso de verano dentro de las instalaciones de Palacio de Gobierno, fue casi a media noche cuando pudieron liberarlos, y aunque al parecer no hubo lesiones ni bajas, el miedo que tal vez sintieron y la desesperación por querer salir de ese lugar no se les puede quitar a ninguno de ellos, pues con todo lo narrado y conocido anteriormente, seguramente pasaron horas de angustia.
Parece que, cuando finalmente el país esta volviendo a una relativa normalidad, tratando de salir adelante y vivir tranquilamente, se presentan hechos de violencia por todas partes, no se siente que haya una seguridad o certeza de que vas a volver a casa, o que en el camino alguien te baje de tu coche, y con todo el miedo del mundo y la desesperación logres bajar a tu hija porque ya están echándole gasolina para que después un cerillo lo incendie y pierdas parte de tu patrimonio sin saber porque, simplemente al azar para causar terror en la población, porque el objetivo no eras tú, ni tu familia o las personas del autobús incendiado a unos metros de tu coche, simplemente tuviste la mala suerte que pasabas por ahí.
Ahora no solo queda seguirnos cuidando de los virus que nos ha traído en pandemia hace poco más de dos años, o de la viruela del mono que empieza a propagarse, sino también de los enfrentamientos que se den, lo único que nos queda es estar atentos de todo en nuestro alrededor y pedir al creador que nosotros no seamos los siguientes. Cuídense y hasta la próxima.
La opinión expresada en esta columna es responsabilidad de su autor (a) y no necesariamente representa la postura de AM Hidalgo