A medida que aumenta la inquietud por la seguridad en el país recuperemos historias exitosas, como la de la Unidad Canina Penitenciaria del Estado de México. Sus perros son capaces de olfatear celulares ocultos en las cárceles del estado.

El Seminario sobre Violencia y Paz que coordino en El Colegio de México ha comenzado a investigar la inseguridad en el Estado de México. Hace unos días tuvimos un encuentro con los mandos de la Secretaría de Seguridad y entre los avances que mencionaron destaca el descenso de los homicidios y las desapariciones entre 2021 y 2022. También hablaron de la Unidad Canina Penitenciaria, un proyecto iniciado en 2018.

En 2019 la Embajada de Estados Unidos les ofreció, con fondos de la Iniciativa Mérida, capacitar a un par de integrantes de la corporación en la Asociación Nacional de Perros Detectores de Narcóticos en Orlando, Florida. El gobierno mexiquense aceptó y uno de los oficiales que viajaron observó que entrenaban a los perros de raza pastor alemán para detectar bombas y narcóticos. Preguntó si podrían capacitarlos para olfatear el litio y otros componentes de teléfonos, pieza esencial en la arquitectura criminal mexicana: los celulares entran por centenares a las cárceles para hacer llamadas de extorsión y para mandar instrucciones a las bandas en el exterior.

La petición fue atendida y capacitaron a los animales (en este caso pastores belga) para olfatear el litio y lo que ellos llaman “el aroma conjunto de un celular”. La capacitación de los perros y sus manejadores tardó más de un año. Desde entonces se ha venido implementando. Cuando Rodrigo Martínez Celis, un profesional de la seguridad egresado del ITAM y formado en el CISEN (actualmente Centro Nacional de inteligencia) fue nombrado Secretario de Seguridad, continuó impulsando el programa que ha tenido un éxito rotundo. De acuerdo con cifras proporcionadas por la Secretaría, en 2020 se incautaron en los 22 centros penitenciarios de la entidad 226 celulares; en contraste, entre el 1o de enero de 2021 y el 31 de julio de 2022 ¡la cifra subió a 1,611! 

Los policías que integran la unidad están orgullosos de la capacitación permanente de los canes y sus manejadores (se entrenan diez horas al día), y de la mexicanización del programa. El gobierno de Estados Unidos donó once de los 18 perros, siete nacieron en México. Los primeros responden a nombres sajones (Rambo o Lizy), los segundos recibieron nombres al gusto mexicano: Muñeco y Tintán.

La Unidad Canina enfrenta diversos retos. La modernización de la Secretaría de Seguridad mexiquense puede verse interrumpida por las elecciones de 2023. De confirmarse las encuestas, la maestra Delfina Gómez será la gobernadora. ¿Preservará programas exitosos como este o los desechará por considerar que tienen tufillo neoliberal y priísta?

Otra vulnerabilidad proviene de la sustitución de la Iniciativa Mérida por el Entendimiento Bicentenario negociado por el actual gobierno. Un par de altos funcionarios federales me explican que el principal objetivo es tener información sobre las desordenadas relaciones de seguridad entre las dependencias federales, estatales y municipales con otros países. Un ejemplo evidente es el acuerdo entre Toluca y la Embajada de Estados Unidos, a la cual se informa mensualmente sobre la manera en que la Unidad Canina utiliza el equipo donado.

En momentos tan álgidos para la seguridad resulta preocupante la posible extinción de un programa que ya ha probado su utilidad en otros momentos. En 2012 el Instituto Federal Electoral tenía un grupo de perros para detectar bombas y es frecuente observar en los aeropuertos a canes que buscan narcóticos. Replicar programas exitosos sin importar la procedencia partidista de los gobiernos que los han implementado sería un paso importante en la construcción de políticas a largo plazo para fincar avances en la contención del crimen.

En este caso cabe esperar la multiplicación de los perros entrenados para detectar celulares y frenar su utilización por la delincuencia en la mayor parte de las 400 cárceles federales, estatales y municipales. Insisto, los celulares son indispensables para las temidas llamadas de extorsión o para la transmisión de instrucciones a sicarios desplegados a lo largo del país. Soluciones sí, opiniones sin sustento no. 

@sergioaguayo

Información y visita a las instalaciones de la Unidad Canina: Dulce Alicia Torres Hernández y Erika Giselle Delgadillo Martínez. 

Leave a comment

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *