Guanajuato.- El aborto es un cruel crimen que se comete contra un ser inocente, dijo la activista del Movimiento Pro Vida Mayra Rodríguez.
Añadió que después de las 12 semanas de gestación prácticamente “descuartizan” al feto para arrancarlo del vientre de su madre.
En conferencia de prensa virtual con un grupo de jovencitas que se reunieron en el Centro de Servicio a la Comunidad (Ceseco) de la parroquia de San Juan de los Lagos, en Jardines del Moral, la activista dijo que el 80% de las mujeres que abortan tienen entre 18 y 26 años, y el 60% de ellas lo hace porque no cuentan con el apoyo de su pareja.
Mayra reconoció que durante muchos años fue una “super defensora” de los derechos reproductivos y trabajó para la compañía líder en abortos en Estados Unidos, Planet Parenthood.
Relató que demandó a la empresa cuando en 2016 se dio cuenta de que el aborto es una industria que lejos de ayudar a las mujeres las daña.
El aborto existe por la irresponsabilidad del hombre, mayormente; los abortistas buscan ganar dinero rápido, sin riesgos legales”, dijo.
Señaló que a las 12 semanas de gestación un bebé ya tiene su sistema nervioso, es decir ya siente, y aseguró que fue testigo de una joven de 19 años que con 14 semanas de embarazo acudió a la clínica donde trabajaba, y le hicieron un legrado en el que “descuartizaron a su bebé para sacarlo de su vientre”.
La activista dijo que ser testigo de esos hechos la llevó a demandar al médico, la empresa la despidió y ella la demandó también; ganó el juicio y desde entonces se dedica a dar conferencias para alertar a las mujeres sobre las atrocidades de un aborto.
Hizo un llamado a los papás para fomentar los valores en sus hijos y hablarles desde temprana edad del sexo, porque otras personas les causan un gran daño al contarles sobre esto.
Hay historias horrorosas de centros de abortos. Ninguna mujer quiere abortar, son obligadas por alguna circunstancia. Se cometen muchas injusticias y tienden a quedarse calladas”, dijo.
Mayra, quien radica en Arizona, Estados Unidos, señala que en campos agrícolas los encargados o capataces violan a mujeres migrantes, las embarazan y luego las llevan a abortar, y lo más grave es que no denuncian por temor a ser deportadas.
Las más dañadas, aparte del ser no nacido, son las mujeres, siendo lastimadas emocional y psicológicamente, pero también físicamente”.
DSS