Y DALE con lo mismo: el presidente Andrés Manuel López Obrador volvió a salir con que el INE sale muy caro y ya la 4T advirtió que en la Cámara de Diputados le recortará, por lo menos, mil 500 millones de pesos.

LO ABSURDO es que la propia Secretaría de Hacienda reconoció que las finanzas nacionales están muy presionadas por los sobrecostos del Tren Maya y de la refinería de Dos Bocas, que costarán 20 mil millones y 18 mil millones… ¡de dólares!

ASÍ QUE no le digan, que no le cuenten: el Presidente no combate el derroche, sino la democracia.

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CON TODO y que la prudencia nunca ha sido una de sus virtudes, ahora sí se fue de boca Miguel Barbosa en contra de Adán Augusto López. Y es que el Gobernador de Puebla salió a decirle que podrá ser muy titular de Gobernación, pero que no se meta en su estado porque ahí manda él.

LA INCOMODIDAD de Barbosa obedece a que, según él, Adán Augusto López está promoviendo descaradamente a Ignacio Mier como pre precandidato de Morena a la gubernatura. Y eso, obviamente, tiene muy enojado al mandatario, pues no puede ver al coordinador morenista ni en pintura.

EL PLEITO entre Barbosa y Mier ha venido subiendo de tono, al grado de que el gobierno estatal anda moviendo hilos hasta penales para tratar de cerrarle el paso al diputado. Da la impresión de que el gobernador poblano no sabe escoger a sus enemigos.

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ALLÁ en Coahuila, se le siguen complicando las cosas al gobernador priísta Miguel Riquelme, rumbo a la elección del próximo año. Y es que acaba de renunciar al PRI el diputado federal Shamir Fernández y todo apunta que se sumará a Morena.

EL MEOLLO es que es el segundo cercano colaborador del mandatario que se fuga a las filas morenistas tras la renuncia de Jorge Luis Morán, que fue alcalde interino de Torreón cuando Riquelme dejó el municipio para pelear por la gubernatura. La gran duda es si se trata del inicio de una desbandada al interior del PRI o si es que dos golondrinas tricolores no hacen verano guinda.

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NO ES la Secretaria de Energía. Tampoco la titular de Economía. Quien no suelta el tema de los autos eléctricos es el canciller Marcelo Ebrard, que ahora anduvo en la planta Cuautitlán de Ford. Ahí presumió la producción del Mustang que ruge no por gasolina, sino por electricidad. Y ahí dio una primicia: que en el diálogo de alto nivel con el gobierno de Estados Unidos que se tendrá el 12 de septiembre, ahí se presentará la hoja de ruta para el desarrollo de los autos verdes en México.

SEGÚN dijo Ebrard, para el 2030 al menos la mitad de los vehículos que se vendan en el país deberán ser eléctricos. No suena mal, nomás falta que alguien le pase corriente a quien vive en Palacio Nacional y sueña con refinerías y con trapiches movidos por burros.

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