León, Guanajuato.- Estrella, Hugo y Sergio ganaban mensualmente un promedio de 6 mil pesos cuando desempeñaban un empleo formal acorde a su profesión, y ahora ganan más de 20 mil pesos con un trabajo informal.
La ventaja de tener mejores ingresos, un horario flexible, no pagar impuestos y permisos, renta, ni luz, los llevó a cambiar de área y elegir el comercio en tianguis en lugar de continuar en su trabajo formal.
Los entrevistados son parte de los tianguistas instalados en el mercado rodante de los lunes, de la colonia El Retiro.
De diseñador a vendedor de fruta en tianguis de León
A pesar de contar con una carrera técnica en mecánica y una licenciatura en diseño gráfico, Hugo Murillo Pedroza prefirió comercializar verdura en los tianguis.
El comerciante de 40 años reconoció que la mecánica automotriz quiso ejercerla pero estaba mal pagada. Su sueldo como ayudante era de mil 600 pesos a la semana, y ahora gana esa cantidad en un día bueno de ventas en el tianguis.
Su sueldo semanal en su trabajo era insuficiente para cubrir sus compromisos familiares, por lo que tomó la decisión de convertirse en comerciante en los tianguis, una labor a la que se dedica desde hace más de 18 años.
Hugo contó que en su negocio el ingreso es diario y seguro, y que desde que estaba en la primaria le ayudaba a su papá en el puesto.
Detalló que la licenciatura en diseño la terminó, pero la opción era trabajar para una empresa con un sueldo insuficiente.
Empezar de empleado y tener un sueldo bajo, no”, señaló
Refirió que desde que se casó se independizó, y que su papá que le heredó el espacio en el tianguis que ya estaba aclientado.
Hugo admitió que no todo fue fácil, pues a los dos años de que se independizó perdió su inversión con una compra de jitomate que se echó a perder, pues con esa compra de 20 cajas gastó su capital y tuvo que comenzar nuevamente.
Empleo León: deja la psicología por mejores ingresos y más tiempo libre
Cuando Estrella Belmonte tuvo que elegir una profesión optó por la psicología, aunque su verdadero interés era la belleza, sin embargo, sus papás le sugirieron otra área.
La profesionista de 32 años detalló que la ejerció por un año y cubrió un puesto de forma temporal, sin embargo, decidió ser mamá de tiempo completo, lo que la llevó a no continuar ejerciendo su profesión.
Sin embargo, a doce años de egresar, sus intereses cambiaron y ahora le interesa el sector de la belleza y el peinado profesional.
Hace un año decidió instalarse en el tianguis, en donde aprovecha para vender algunas de sus cosas en buen estado y generar un ingreso.
Cuenta que sus abuelos se han dedicado al comercio, y que incluso el espacio que ocupa es de ellos, y de esta forma tiene la facilidad de guardar la mercancía en la casa de ellos y no trasladarla.
Admitió que no ejercer su profesión no es un tema que le genere conflicto, pues incluso dice que en un futuro no muy lejano le gustaría dedicarse a la cosmetología.
Reconoció que su carrera le gustó y puede ser una herramienta.
No pasa nada si no ejerzo, no me frustré ni nada, tengo la capacidad”.
Detalló que la ventaja es que en el sector de la belleza se puede trabajar sin importar la edad que tengas, además de que permite contar con tiempo disponible para sus demás actividades.
Mi sueño es estudiar belleza, es a lo que voy, estoy bien con esa decisión”, dijo.
Cambia administración para vender en tianguis de León
Sergio Alberto Nicasio Sierra se graduó de administración en la EPCA hace cinco años. Ejerció por poco tiempo en la empresa de un amigo, sin embargo el sueldo y los horarios lo desanimaron.
Semanalmente recibía mil quinientos pesos, y ahora sus ingresos rondan los siete mil pesos semanales como vendedor en el tianguis.
Expuso que el sueldo no lo convenció, además de que en su grupo de compañeros había algunos que no tenían conocimientos, y aún así obtuvieron un empleo, además de que lo rechazaron por no tener experiencia.
El comerciante de 26 años forma parte de la quinta generación de comerciantes en su familia, pues su tatarabuelo inició en los tianguis.
Sergio contó que le ayudaba a su papá desde los nueve años y que a los doce comenzó con su propio puesto, mismo que mantuvo durante sus estudios y sus intentos de ejercer.
A sus ayudantes les paga 250 pesos al día, y los fines de semana 350 más comidas, y que en su caso puede ganar más de 7 mil semanales trabajando en tres tianguis diferentes.
Yo no me la quiebro, me relajo, ni pienso regresar a la profesión”, dijo.
GGL