El 23 de enero de 2013, la Suprema Corte ordenó la liberación de la ciudadana francesa Florence Cassez, acusada de formar parte de una banda de secuestradores. Al día siguiente, el líder opositor Andrés Manuel López Obrador criticó duramente la decisión y pidió que fuera de nuevo encarcelada. Despotricó contra el gobierno, dijo que la orden a la Corte les llegó “de arriba”, tachó de corruptos a los ministros que habían votado esa resolución -como Olga Sánchez Cordero y Arturo Zaldívar- y exigió que se repitiera el juicio para castigar a Cassez.

“Creo que fue una barbaridad lo que hizo la Corte, se les olvidó que son Suprema Corte de Justicia, no de Derecho, que desde luego estuvo mal el procedimiento, habría que reponerlo, pero eso no justifica el que se le haya dejado de esa manera en libertad”, expresó al ser entrevistado en una gira por Comitán, Chiapas.

Siguió: “No puede ser que por un asunto de procedimiento legal o por estar mal integrada la averiguación se deje a los afectados sin el derecho a la justicia”. Y remató: “No dejarla en libertad solo por fallas en el procedimiento, cuando los familiares de los afectados, de las víctimas, están hablando de que ella participó en todo lo relacionado con los secuestros. Creo que fue una barbaridad lo que hicieron”.

Se ve que estaba enojado con la liberación de la francesa, porque a la semana siguiente, el 31 de enero de 2013, fue más allá: denunció que el entonces secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, a través de una llamada telefónica, ordenó a los ministros de la Corte liberar a Florence Cassez. Detalló que lo hizo por instrucciones del presidente Enrique Peña Nieto, y que eso era una muestra de impunidad, de corrupción, de injusticia y de cómo en el sistema político mexicano todos se doblaban ante el Primer Mandatario.

El comunicado oficial de la página de internet de López Obrador lo consigna así: “Chong tomó el teléfono y transmitió a los ministros de la Corte la orden de que había que liberar a Cassez, mientras las víctimas de secuestro y sus familias se quedaban en el desamparo, sin acceso a la justicia”.

Hasta ayer, en la página web www.lopezobrador.org.mx podían consultarse las dos declaraciones y el comunicado. Ojalá no las borren.

Hoy, la postura del presidente López Obrador sobre el caso Cassez es totalmente distinta.

Sería interesante saber qué lo motivó a cambiar tan drásticamente de opinión. Tengo mis sospechas.

SACIAMORBOS

Mucho se ha dicho que, frente a la disputa geopolítica entre Estados Unidos y China, el gobierno de México está desaprovechando la oportunidad de sustituir a China como fábrica americana: con TMEC y frontera común, con un gobierno amigable a la inversión podrían estar entrando cientos de miles de millones de dólares en inversiones, creando empleos y catapultando la situación económica de México. López Obrador no ha sabido aprovechar esto. En cambio, sí lo han sabido aprovechar los cárteles de Sinaloa y Jalisco Nueva Generación: un reportaje del Wall Street Journal en su portada de ayer revela que estas dos organizaciones criminales ya sustituyeron a China como el principal proveedor de fentanilo para el mercado estadounidense. Vaya, vaya.

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