La nueva, nueva, versión sobre los hechos de Ayotzinapa, esto es, el asesinato de 43 normalistas, pretende establecer como un hecho que un CORONEL del Ejército, por sus pistolas (literalmente) decidió matar a cuando menos SEIS de los 43 ejecutados ¡sin órdenes superiores! Es decir, que el Coronel en cuestión, hoy General Brigadier (o sea que lo ascendieron tras los nefastos sucesos) de nombre José Rodríguez Pérez, actuaba por la libre sin conocimiento de sus mandos como comandante del 27 Batallón en Iguala.
Poco conocemos al Ejército, pero es de dudarse que un simple Coronel decida asesinar a civiles sin el conocimiento o las órdenes de un superior. Ahí se las dejamos, estimados lectores, no como acusación, sino como pregunta: ¿acaso actuó solo este militar?
De acuerdo con las indagatorias que afloraron en el ARRESTO del entonces Coronel resultó que actuaba en sintonía con el CÁRTEL Guerreros Unidos, y que el militar estaba en comunicación constante con ese grupo delictivo. Esto demuestra la INFILTRACIÓN del narco en nuestras Fuerzas Armadas, por lo menos a nivel cuartel, a nivel calle.
Ya son, de acuerdo con nuestras autoridades, TRES los militares detenidos por haber participado en este acto barbárico. La pregunta es: ¿éstos son los militares a quienes pretenden encargar la totalidad de la Guardia Nacional? ¿O nos pretenden hacer creer que el acusado es el ÚNICO militar en todo México, en todo el Ejército y la Marina, que resultó corrupto?
Mientras los narcos tengan mejor armamento que el Ejército, y mucho más DINERO que los militares, la posibilidad de infiltrarlos resulta posible y probable. Existen indicios ya de que algunos militares -por ejemplo, a cargo de las aduanas- han caído en la tentación de hacer negocio con los cárteles que ANTES estaban adueñados -y siguen- de no pocas de las principales aduanas del País. Y que no nos vengan con que son “problemas heredados”, porque esto es reciente, desde que se les entregó a los militares el control de ellas.
Nada tenemos en contra de los militares per se, hemos conocido a algunos que son gente buena y de bien: sólo afirmamos que al andar en las calles interactuando con los criminales, con los capos de los cárteles, realizando negociaciones, corren el riesgo de corromperse. Es ésta una proclividad del ser humano, no es algo que se pueda denominar un rasgo militar.
De ahí la necesidad de evitar exponerlos en las calles, en situaciones como la de IGUALA en la que un batallón del Ejército acabó cometiendo una ATROCIDAD, como lo fue el asesinato de los 43 normalistas de Ayotzinapa, en lo que puede considerarse como un “servicio” del 27 Batallón de Iguala al cártel Guerreros Unidos.
Esto resulta preocupante, pues los ciudadanos no tenemos forma de saber cuántos “arreglos” similares pudiera haber en las zonas calientes de nuestro México Mágico, tan patriotero en fechas como la de hoy, pero en ocasiones poco patriota.
El ARRESTO del hoy General se nos presenta como un argumento PODEROSO en contra de la militarización del País. La labor policiaca es una labor civil, que debe estar debidamente supervisada y depurada. Para esto, dicha Policía debe estar debidamente preparada: todo país, por lo menos en el Primer Mundo, tiene sus academias de policías, en donde se prepara a sus elementos para funcionar como guardianes del orden, al mismo tiempo que pertenecen a la SOCIEDAD CIVIL. Forman parte de su comunidad, con la cual establecen un lazo de pertenencia e intereses colectivos comunes.
Por supuesto que los cuatroteístas SABEN perfectamente que esto es así, la militarización que pretenden -y en la Dios quiera que fracasen- obedece a intereses de PODER, de dominio, de sometimiento, no a intereses concatenados con el orden público y la paz social.
Si de veras quisieran combatir la violencia, la inseguridad y la IMPUNIDAD, entonces buscarían la forma de apoyar y reforzar a las Policías locales, y no SUPLANTARLAS con el Ejército en todo el País, obedeciendo las órdenes de un solo hombre: el Presidente.
Aun si no hubiese militares corruptos, entregados al crimen, capaces de tremendas atrocidades, no procedería la militarización.