Dubai.- Los enfrentamientos entre las fuerzas de seguridad iraníes y los manifestantes enojados por la muerte de una mujer de 22 años bajo custodia policial causaron al menos nueve fallecidos desde que estalló la violencia el fin de semana, según el conteo realizado por AP el jueves.
Los cortes en el acceso a Instagram y WhatsApp, las aplicaciones empleadas por los inconformes para compartir información sobre la represión gubernamental contra la disidencia, continuaban el jueves.
Las autoridades parecieron cortar además el acceso online al resto del mundo, una táctica que los activistas de derechos dicen que es habitual en épocas de disturbios.
Un presentador de la televisión estatal iraní sugirió el jueves que el saldo de muertes podría ser de 17, pero no dio detalles ni explicó cómo llegó a esa cifra.
“Desafortunadamente, 17 civiles y policías en el lugar de los hechos perdieron la vida”, declaró el presentador añadiendo que las cifras oficiales saldrán luego.
Las manifestaciones en la República Islámica comenzaron como una muestra de duelo por Mahsa Amini, una joven detenida por la policía de la moral iraní por la supuesta violación de su estricto código de vestimenta.
Su deceso ha recibido la condena de Estados Unidos, la Unión Europea y Naciones Unidas. La policía dijo que murió a causa de un ataque al corazón y que no fue maltratada, pero su familia pone en duda esa versión.
En los últimos cuatro días, las protestas se han convertido en desafío directo al gobierno, con mujeres que se quitan el pañuelo islámico de la cabeza, cuyo uso es obligatorio, en la calle e inconformes que incendian contenedores y reclaman la caída de la República Islámica.
“¡Muerte al dictador!” es uno de los principales lemas de las movilizaciones.
Las manifestaciones llegaron a los campus universitarios en la capital, Teherán, y a ciudades occidentales como Kermanshah. Aunque son generalizados, los disturbios parecen distintos a los registrados en otros episodios de protestas nacionales provocadas por cuestiones económicas ante la presión de las sanciones estadounidenses. }
Los incidentes de 2019 tras la abrupta subida del precio de la gasolina por parte del gobierno movilizaron a multitudes de trabajadores en pequeñas localidades. Cientos murieron a causa de la represión de las fuerzas de seguridad, según grupos de derechos humanos, en los disturbios más letales desde la Revolución Islámica de 1979.
Los medios estatales iraníes reportaron esta semana movilizaciones en al menos 13 ciudades, incluyendo Teherán, en las que los participantes mostraban su enfado por la represión social. Videos en internet muestran a las fuerzas de seguridad usando gases lacrimógenos y cañones de agua para dispersar a los inconformes. Amnistía Internacional reportó que los agentes dispararon perdigones y golpearon a los manifestantes con garrotes.
Al menos nueve personas fallecieron en las confrontaciones, según un conteo de la AP basado en los reportes de los medios estatales y semioficiales. Las autoridades han culpado de la situación a países extranjeros no identificados, a quienes acusan de fomentar los disturbios.
En la provincia natal de Amini, Kurdistán, en el noroeste del país, el jefe de la policía dijo que cuatro manifestantes perdieron la vida por fuego real. En Kermanshah, la fiscalía reportó el deceso de dos inconformes a manos de grupos opositores e insistió en que las balas no fueron disparadas por las fuerzas de seguridad.
Por otra parte, tres hombres afiliados al Basij, un grupo voluntario que depende de la Guardia Revolucionaria paramilitar, fallecieron también en choques en las ciudades de Shiraz, Tabriz y Mashhad, de acuerdo con medios semioficiales, lo que eleva a nueve la cifra de fallecidos en ambos bandos.
En Nueva York, donde se encuentra Raisi para la Asamblea General de la ONU, la periodista de CNN Christiane Amanpour dijo que iba a entrevistar al presidente iraní sobre el tema, pero que Raisi nunca apareció.
En Twitter, Amanpour escribió que un funcionario iraní le dijo que el presidente se negaba a acudir a la entrevista a menos que ella se ponga el velo islámico “debido a la situación en Irán”. El gobierno iraní no ha confirmado la versión.
“No pude aceptar semejante condición, sin precedente e inesperada”, escribió la periodista británica-iraní, tras colocar una foto de la silla vacía donde iba a entrevistar a Raisi.
“En momentos en que continúan las protestas en Irán y hay gente muriendo, hubiera sido un momento importante para hablar con el presidente Raisi”, añadió.
(Con información de la agencia AP).
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