Este 2022 es el año de la Abejamanía.
Hoy la quinteta leonesa representa la única luz de gloria que pudiéramos gozar en este año para el deporte leonés luego de los traspiés de la Fiera y los Bravos.
Las Abejas han montado una gran campaña que los tiene a cuatro triunfos de lograr un nuevo título para nuestra ciudad en el básquetbol profesional, una corona que no se ha puesto en un equipo leonés desde hace 50 años.
Fue a inicios de la década de los 70 que la ciudad de León vivió una efervescencia similar a lo que disfrutamos actualmente con el deporte ráfaga.
De la mano de Gustavo Saggiante como coach y teniendo en sus filas a la leyenda de Arturo ‘Pitos’ Guerrero, los Lechugueros irrumpieron gratamente en el Circuito Mexicano de Básquetbol con títulos en 1971 y 1972.
Con el ‘Mano Santa’, jugadores como Alfredo Jacobo, Samuel Campis, Toño Ayala, Aureliano Trujillo, Pepe Piña, Raúl González, Antonio Moreno, Santiago Mondragón, Antonio García, Enrique Reséndiz y Roberto Luna, le dieron vida en León a un deporte que en el México entero siempre ha estado en segundo o tercer plano.
Platicando hace poco con el ‘Pitos’, me recreaba cómo el básquetbol encendía las emociones de los leoneses en la Arena Isabel, hoy convertida en un estacionamiento, pero que era una fortaleza perfecta para la quinteta lechuguera de esos años.
El mismo Saggiante trató de revivir aquellas glorias con los Lechugueros de hace década y media con los seleccionados Rochín, Zúñiga y Llamas. El título quedó cerca en un par de ocasiones y después la llama se apagó.
Me imagino la alegría que a don Gus le hubiera dado con el paso actual de las Abejas. Saggiante fue alguien que siempre apoyó las causas deportivas que en nuestra ciudad crecieron desde la austeridad. Lo hizo en el básquetbol y en el futbol con el Unión de Curtidores.
Existen en las Abejas muchas motivaciones para ganar el título de la LNBP porque vaya que han picado piedra para ganarse un lugar en el sentimiento leonés. Los triunfos conquistan y por ello el Domo luce a reventar y eufórico.
Sin embargo, el título, la motivación mayor, significaría abrir una puerta grande para arraigar el nombre y los colores.
Démosle a las Abejas su reconocimiento en la magnitud que lo merece. La Final de Liga que disputarán a partir del 23 de octubre nos hace recordar que entre los leoneses también el baloncesto tiene historia, ídolos y hasta quienes arriesgaron su patrimonio por promover este deporte en el ámbito profesional.
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