En México es necesario trabajar un año entero para disfrutar de seis días de vacaciones; es decir, un empleado o empleada recibe medio día de descanso por mes trabajado, situación que contrasta con otros países en los que desde el primer año laboral se tiene derecho a un mes de descanso, como en Brasil, Cuba, Panamá o Nicaragua, por mencionar solo países de Latinoamérica.
En los últimos meses han sido presentadas varias propuestas para modificar la Ley Federal del Trabajo, la más reciente realizada por la senadora morenista Bertha Caraveo. La iniciativa contempla aumentar los días de vacaciones a 12 a partir del primer año y que incrementen progresivamente como ocurre ahora.
Sin embargo, en redes sociales se difundió que el senador, también morenista, Ricardo Monreal, solicitó posponer la discusión de la propuesta con el argumento de hacer un mejor análisis de la misma a fin de no afectar tanto a empresarios como a trabajadores.
Por la misma vía e incluso en algunos medios de comunicación se indicó que la presunta (en breve les diré por qué) decisión de Monreal obedeció a que integrantes de cámaras empresariales pidieron modificar la propuesta para que el incremento en los días de vacaciones se haga en forma escalonada y no de zopetón; es decir, para que en 2023 el descanso por el primer año de trabajo sea de solo nueve días, y para 2024 que llegue a los 12 contemplados originalmente para el primer año de labor. Esto, para no afectar al sector empresarial tanto en costos como en operación por duplicar los días de vacaciones para el primer año.
Les mencioné que la decisión de Monreal es presunta porque el sábado pasado, poco después que la noticia de posponer la discusión de la iniciativa en el Senado encendiera la redes sociales en las que menudearon vituperios para el aspirante a candidato presidencial, este apareció para asegurar que no fue su pie el que pisó al freno a la propuesta, acusó embestida mediática en su contra, dijo estar en favor de trabajadores y de la propia iniciativa, y además aprovechó para tirarle piedras a las otras corcholatas por supuestamente orquestar una campaña en su contra para desprestigiarlo y evitar que les haga sombra en la carrera para 2024.
Sin embargo, mientras son peras o manzanas, la discusión de la iniciativa se mantiene en suspenso y con el desgreñe político hasta el momento no se sabe cuándo los senadores tendrán a bien votar para que trabajadores y trabajadores de México reciban un poco de justicia ante leyes abusivas y autoridades que han permitido las paupérrimas condiciones laborales que imperan en este país.
Por supuesto, buena parte de quienes están en contra de la iniciativa son empresarios que todavía consideran que mexicanos y mexicanas somos el epítome de la pereza y queremos más vacaciones solo para extender la flojera. ¡Por eso estamos como estamos y no somos primer mundo! ¡Caramba!
Bueno, habría que precisarles que, de acuerdo con la iniciativa presentada en el Senado, el promedio de horas trabajadas al año en de 2 mil 124 horas, mientras que en entre los integrantes de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (ese que llaman primer mundo), es de mil 678 horas. Ahí nomás.
La opinión expresada en esta columna es responsabilidad de su autor (a) y no necesariamente representa la postura de AM Hidalgo