Eso será la marcha a la que convoca el presidente López Obrador el 27 de noviembre: la otra marcha, la copia, la imitación, la de la rabieta, la de la revancha, la de la demostración de músculo, la del resentimiento y encono, la del ego. No cabe duda de que el Presidente no entendió que cientos de miles de mexicanos y mexicanas en la Ciudad de México y en otras 21 ciudades marcharon el domingo 13 de este mes para defender al Instituto Nacional Electoral, rechazando la reforma electoral promovida por el mismo AMLO.  Bajo el lema “El INE no se toca”, las y los participantes exigieron que esta institución fuera respetada y permaneciera en manos de la ciudadanía y no con injerencias del propio gobierno.  

La respuesta del Presidente ante esta muy notoria manifestación fue minimizar y denostar a quienes participaron, llamándoles franquistas, pinochetistas, hipócritas, racistas, clasistas y taimados; también les llamó cretinos, mezquinos, conservadores, fascistoides, simuladores, corruptazos y oligarcas, sin dejar de mencionar a los aspiracionistas.  

Descalificar, ofender y faltar al respeto a una ciudadanía que se manifiesta pacíficamente es un ataque a la libertad de expresión. Aunque López Obrador diga que hay libertad de expresión, se contradice cuando trata de inhibirla y desestimarla. Así también se proclama víctima de ataques, pero es el mismo Presidente quien ataca constantemente a distintos grupos según su conveniencia. La intención del Presidente es continuar con la polarización y dividir a las y los mexicanos. Llamar corruptos a sus adversarios, ¿significa que él y sus colaboradores son honestos? Miembros de su gabinete han sido señalados por la posesión de propiedades millonarias, adquiridas inexplicablemente, y otros por malos manejos, adjudicaciones cuantiosas y fraudes. 

La otra marcha, la que ahora dice AMLO que es la del “pueblo”, es la que él considera suya. La de sus fieles seguidores, ya sea por lealtad, acarreo, convencimiento o por agradecimiento al recibir dádivas. Si ese es el “pueblo”, entonces, quienes marcharon el domingo 13 ¿eran extranjeros? ¿No eran “pueblo”? ¡Qué tonterías! Ahora sí que AMLO se dará su baño de “pueblo”, necesita los elogios, las alabanzas, los aplausos y las porras. El Presidente extraña las calles y las marchas a las que se acostumbró. No se da cuenta de que como Presidente no es necesario que lo haga. Él detenta el poder y cuenta con toda la maquinaria para mover gente. Su gobierno cuenta con muchos medios y maneras para concentrar tumultos. No será de asombrarse. El Presidente debe actuar con madurez, responsabilidad y enfocarse en la resolución de los muchos problemas y carencias que tenemos en nuestro País. 

¿Qué es lo que AMLO va a festejar? Los programas sociales crecen y el presupuesto para ello aumenta cada vez más, pero los indicadores mencionan que la pobreza ha aumentado. Lo que ha crecido es el poder de las empresas criminales. México se ha convertido en un país cada vez más violento y desigual. No hay nada que presumir.

LALC

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