Como radioescucha recuerdo programas como Con gusto le canto a Hidalgo o aquellos de deportes que esperaba todos los domingos por Radio Mezquital, a las 18:00 horas, cuando mi mamá echaba tortillas en el comal al crepitar de la leña y yo estudiaba la secundaria y después el bachillerato.

La música, las voces, los comentarios que emitía la estación de radio, esa cajita negra con bocinas medio desvencijadas, me hicieron pensar que más allá del pueblo llamado Chilcuautla, de sus milpas de maíz y pastores de vacas y borregos, había algo que traspasaba fronteras, que hermanaba a los pueblos y me unía, nos unía, con otras personas que estaban a cientos de kilómetros de distancia.

Ese algo, que actualmente no sabría como definirlo, si es concreto o solo fantasía, me impulsó a estudiar la universidad, acabar una carrera, ejercer una profesión con más pena que gloria.

Pues bien, decía, Radio Mezquital fundado en 1963 y considerado como la primera emisora cultural indígena en América Latina, hoy ya no existe más y eso se debe a la ineficacia de un gobierno y funcionarios que no hicieron su trabajo.

Hidalgo despertó hoy con una voz menos, un silencio que pesa por partida doble.

La anterior administración del gobierno del estado perdió las concesiones y además el estancamiento que sus anteriores directivos provocaron en la radio estatal, que la alejaron de los radioescuchas y ocasionó que la noticia de su salida del aire pasara desapercibida.

Cuando un medio de comunicación público llega a su fin, los pueblos pierden la posibilidad de acceder a la información, a la cultura, a la música e historias de otras latitudes, y la oportunidad de difundir sus usos y costumbres. 

Este martes se topa con silencio el trabajo de generaciones de locutores, productores, programadores, guionistas, redactores y jóvenes de servicio social y por el momento no hay culpables.

Curioso que aquellos que defendieron o justificaron al anterior gobierno de Hidalgo en cada dislate difícil de disimular o hasta ocultar, ahora lo condenen por el silencio radial. 

Ayer se escuchó Hidalguenses unidos cantemos, luego el himno nacional, y después lo demás fue silencio en las estaciones de radio del gobierno estatal, del cual por el momento no regresarán.

98.1 Pachuca se muda al 106.9 Tepeapulco por diez meses más antes de apagar los micrófonos. En la recta final de la pasada administración estatal, el gobierno de Hidalgo obtuvo cuatro concesiones del Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT) en Huejutla XECPHH-AM y XHCPDD-FM; en Jacala XHCPDY-FM, y en Tlanchinol XHCPDZ-FM, cuya vigencia iniciaría próximamente.

¿A qué sabe el silencio? A ineptitud sin responsables y a historias que quedaron calladas, que trascienden como remordimientos o recuerdos, no hay más.

ACLARACIÓN       
La opinión expresada en esta columna es responsabilidad de su autor (a) y no necesariamente representa la postura de AM Hidalgo

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