Pénjamo, Guanajuato – Niños que salían de un kínder, tuvieron que resguardarse nuevamente en las instalaciones luego de escuchar una ráfaga de disparos que se realizaron al aire, a escasos 60 metros del preescolar.
Fue algo muy espantoso, tuvimos que entrar al kínder de nuevo corriendo con nuestros hijos porque nos imaginamos lo peor, ya no se puede vivir así”, platicó consternada Rosaura, mamá de un menor que cursa el tercer año de preescolar en el kínder Ignacio Ramírez López.
Las detonaciones se registraron minutos después del mediodía de este jueves en la esquina que forman las calles Graciano Sánchez y Avenida Ojo de Agua.
El sistema de emergencias 911, al recibir los reportes y movilizaron a una decena de agentes de Seguridad Pública al lugar, pero solo encontraron los casquillos percutidos y acordonaron la zona.
Mientras tanto, en el kínder, poco a poco los padres de familia y los menores que decidieron resguardarse, se retiraron.
Ya no sabe uno si son disparos o son cuetes, esto es de a cada rato, antes solo era por la noche, ahora ya es a cualquier hora del día, Dios libre la hora en que nos toque una bala perdida”, narró la abuelita de kimberly.
Los empleados de una tienda de abarrotes tuvieron que cerrar sus puertas por el temor de que alguno de los empistolados se intentara resguardar en el negocio.
Fueron como diez disparos los que se escucharon, la verdad ni los conté porque lo que hicimos fue bajar rápido la cortina y cerrar la tienda, teníamos miedo de que esa gente se fuera a meter a esconderse aquí”, comentó una empleada que decidió omitir su nombre.
Finalmente los casquillos percutidos fueron recopilados por los elementos de Seguridad Pública para luego reabrir el paso vehicular y peatonal en la zona.