Sin límite es precisamente el nombre de la película que narra el romance entre Salvador Dalí y Federico García Lorca.
En 1922, el joven Salvador Dalí llega a Madrid para realizar sus estudios universitarios, se aloja en la Residencia de Estudiantes, donde encuentra un ambiente de modernidad, en el que estudian las élites culturales españolas. Salvador, que está empeñado en convertirse en pintor, pronto llama la atención del círculo de artistas de la residencia al que se unirá, creando una gran amistad con el poeta Federico García Lorca y el futuro cineasta Luis Buñuel.
Federico García Lorca empieza a sentirse atraído por Salvador, y el propio Salvador resulta fascinado por el magnetismo de Lorca. Luis Buñuel, que se va sintiendo desplazado a medida que la relación entre ambos se va haciendo más estrecha, decide trasladarse a París. Él en sus planes personales. París era el epicentro del arte del momento, para cumplir con sus propias ambiciones artísticas.
Allí iban a visitarle sus dos amigos ( Salvador Dalí y Federico García Lorca ) ambos igual viajaban a pasar el verano juntos en la residencia familiar de Dalí, en Cadaqués.
En Cadaqués, Federico se siente integrado en la familia de Dalí y cada vez más enamorado de Salvador, su relación se va haciendo cada vez más íntima. hasta que una noche su amistad se convierte en algo más.
Cuando Luis Buñuel les hace una visita, sospecha de este cambio en la relación y lo desaprueba, no estaba de acuerdo en una relación homosexual. Entre dos amigos que él quería mucho, pero los quería hombres heterosexuales.
Dalí y Lorca, Cartas de seducción
“ Tú eres borrasca cristiana y necesitas de mi paganismo… yo iré a buscarte para hacerte una cura de mar.
Será invierno y encenderemos lumbre. Las pobres bestias estarán entumidas, Tú te acordarás que eres inventor de cosas maravillosas y viviremos juntos con una máquina de retratar… Así de apasionado le escribía en el verano de 1928 a su amigo íntimo Federico García Lorca. Era algo más, “ Un amor erótico y trágico por el hecho de no poderlo compartir aclararía el pintor en 1986.
La relación está condenada. Dalí se siente agobiado por Lorca e incapaz de manejar los sentimientos que le profesa éste y también se traslada a París. Allí, sumergido en la alta sociedad y su decadencia, conoce a Gala, una mujer casada con inclinación por los famosos. Cuando Lorca va a visitarle, encuentra que su amigo ha cambiado en todos los sentidos, su amor hacia él, su forma de vida, sus ideas políticas y su orientación sexual.
La opinión expresada en esta columna es responsabilidad de su autor (a) y no necesariamente representa la postura de AM Hidalgo