Si robamos pensamientos de los modernos, nos dirán que es plagio; si es de los antiguos, dirán que es erudición”.
Charles Caleb Colton
No es la primera vez que Guillermo Sheridan denuncia un plagio. Lo hizo con Alejandro Gertz Manero, fiscal general, por su libro Guillermo Prieto (Biografía) de 1967, que incluía párrafos completos de otras obras. También denunció los plagios del director impuesto del CIDE, José Antonio Romero Tellaeche, y del escritor Fabrizio Mejía Madrid. En 2012 denunció plagios de Sealtiel Alatriste, entonces coordinador de Difusión Cultural de la UNAM, a quien se había otorgado el premio Xavier Villaurrutia. No sorprende así que Sheridan haya descubierto también que la tesis de licenciatura de la ministra de la Suprema Corte Yasmín Esquivel Mossa, presentada ante la ENEP Aragón en 1987, haya sido plagiada de una tesis sometida en 1986 a la Facultad de Derecho de la UNAM por Édgar Ulises Báez Gutiérrez.
Alatriste reconoció el plagio y renunció al Villaurrutia y a la Coordinación, aunque afirmó que solo había fallado en entrecomillar algunas citas en artículos de prensa. Esquivel Mossa no solo no ha reconocido la falta, sino que ha cuestionado la veracidad de la información. En Twitter declaró: “Totalmente falso el reportaje de Latinus. Ahora, ¿qué más van a inventar?”. Presentó como “prueba” una carta de Martha Rodríguez Ortiz, su directora de tesis y también de Báez Gutiérrez, que decía que el trabajo de Esquivel es “una tesis original que yo dirigí y es de su autoría”. La maestra Rodríguez, sin embargo, no ofreció ningún argumento o prueba, mientras que la comparación de los dos textos no deja lugar a duda. Más que plagio, en realidad, estamos viendo una copia burda de otro texto.
Esquivel Mossa es esposa del constructor favorito de AMLO, José María Riobóo,. Ha sido, además, una de las ministras que más ha votado en la Corte a favor de las iniciativas presidenciales. El mandatario la está claramente apoyando para ocupar la presidencia del tribunal.
En 2016 el equipo de Aristegui Noticias exhibió al entonces presidente Enrique Peña Nieto como plagiador. Cuando menos 28.88 por ciento de su tesis, señaló, fue plagiada de obras de otros autores. Eduardo Sánchez, vocero de la Presidencia, respondió: “El licenciado Peña Nieto presentó esa tesis hace 25 años. Cumplió con los requisitos establecidos por la Universidad Panamericana para titularse como abogado. Por lo visto errores de estilo, como citas sin entrecomillar o falta de referencia a autores que incluyó en la bibliografía, son, dos décadas y media después, materia de interés periodístico”. La Universidad Panamericana reconoció el plagio, pero no le retiró a Peña Nieto el título de abogado: “Estamos ante un hecho consumado sobre el que es imposible proceder en ningún sentido”, explicó.
El caso de la ministra Esquivel es más grave porque virtualmente todo el texto fue tomado de otro. La Constitución, por otra parte, no establece el requisito de contar con un título universitario para ser presidente de la república, pero sí para ser ministro, para lo cual hay que tener, “con antigüedad mínima de diez años, título profesional de licenciado en derecho”.
Inquieta que un gobierno que pide a los funcionarios “90% de honestidad, 10% de capacidad”, haya postulado a una ministra que copió toda su tesis de licenciatura. Preocupa más que Esquivel afirme que el artículo de Sheridan, que no es un reportaje de Latinus, es totalmente falso, cuando la simple comparación de las dos tesis convierte esta afirmación en una mentira descarada.
Modito
“Lo que no me gusta es el modito”, se quejó ayer AMLO al criticar la bienvenida de Biden a Zelensky: Welcome to America. “Con todo respeto, América somos todos”, dijo molesto. Quizá no sabe que América en inglés significa, en primera acepción, “Estados Unidos”. The Americas se traduce en español como “América”. Quizá debiera aprender algo de inglés antes de criticar.
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