Yaretzi Adriana Hernández Fragoso, estudiante de la Facultad de Artes y Diseño de la UNAM, murió el 7 de enero en el choque de trenes en la línea 3 del Metro de la Ciudad de México, accidente en el que además resultaron heridas decenas de personas. Esta tragedia se suma a otras que tuvieron víctimas mortales recientemente, la más conocida, el desplome en la línea 12 en mayo de 2021 con 26 personas fallecidas, además del incendio de la subestación de control en enero de ese mismo año en el que murió una policía.
El gobierno encabezado por la precoz aspirante a la candidatura presidencial de Morena, Claudia Sheinbaum, que dice priorizar a los pobres, ha fracasado en garantizar condiciones básicas de seguridad y bienestar para las y los millones de usuarios que diariamente mueve el que se mantiene (a penas) como el emblema del transporte capitalino.
Aunque la extraviada y mezquina oposición quiera vender como reciente el abandono del Metro para zarandear a la precandidata, la situación ha persistido desde hace décadas (incluidos los gobiernos de “izquierda”); no obstante, la administración de #EsClaudia ha contribuido al deterioro al escatimar el presupuesto frente a prioridades como campañas adelantadísimas.
Una considerable inyección de presupuesto al Metro ha sido urgente desde hace años, pero comprar refacciones, reparar cables, renovar vías o remozar trenes no da chance de inaugurar nada, acción que, sabemos, es la favorita de quienes nos gobiernan.
En octubre de 2012 fue apresuradamente inaugurada la línea 12 del Metro por parte del entonces jefe de gobierno Marcelo Ebrard, acompañado por el presidente Felipe Calderón, en una gran fiesta llena de fotos y confeti… Ya sabemos en qué terminó. El hubiera es un tiempo menso (por usar un eufemismo), dice un amigo mío, pero me pregunto qué hubiera ocurrido si en lugar de buscar el reflector y los moños, el dinero hubiera sido para cubrir algunas carencias de las que sufre el Metro y que lo mantienen en el agujero en que se encuentra.
Imaginemos quienes vivimos en Pachuca, por ejemplo, que la administración de Omar Fayad se hubiera preocupado más por darle una mano de gato verdaderamente profunda a las deplorables vialidades de la capital del estado, o también, que hubiera atendido las notables deficiencias del Tuzobús para mejorar la movilidad en la Bella Airosa, en lugar de usar más de 500 millones de pesos en construir el puente atirantado que ya más de un problema ha dado a peatones, ciclistas, motociclistas y automovilistas. Pero les digo, tapar baches no da para las chulas fotos en que vimos al exgobernador recorrer el puentecito.
Ya ocurrida la tragedia hay que exigir justicia para las víctimas del accidente, proceso que se ha ensuciado con la intervención lamentable tanto de la oposición como del partido en el poder, que ocupan la circunstancia como ring de boxeo para defender o arrebatar pedazos de poder e influencia en los y las votantes.
A tal caso se sumó el mandatario hidalguense Julio Menchaca Salazar, quien es parte de los gobernadores morenistas que a través de una carta reprobaron “el uso político y faccioso que la oposición ha hecho de este accidente” y enfatizaron su respaldo a la jefa de gobierno y la administración capitalina; quesque porque hacen muy bien su trabajo, dicen.
Ese posicionamiento de integrantes de la 4T me parece muy a la usanza priista de proteger el capital político por sobre los derechos de las víctimas; algo así como si se dijeran entre ellos mientras se dan palmadas en la espalda: hoy por ti, mañana por mí. Más de lo mismo, pero dicen que no.
La opinión expresada en esta columna es responsabilidad de su autor (a) y no necesariamente representa la postura de AM Hidalgo