El huevo es un ingrediente básico en la dieta de los mexicanos. Desayunar huevos en cualquiera de sus presentaciones es un clásico de nuestra cocina. Pero hay ocasiones en que al partir un huevo, podemos encontrar manchas rojas en la yema o la clara. Esto dice la ciencia al respecto.
El huevo se considera una excelente opción por su alto contenido en proteínas y también por su origen natural. Pero es precisamente su procedencia los que nos hace tener cuidado con ciertos aspectos, por ejemplo, cuando el cascarón está manchado de excremento.
Aunque actualmente los procesos de selección de huevo por parte de la industria tienen elevados estándares de calidad, es prácticamente imposible saber qué nos encontraremos al momento de abrir un huevo.
Manchas rojas
Es importante recordar que un huevo es en realidad la capa que protege al embrión de las especies ovíparas. Sin embargo, estos nuevos organismos no llegan a nacer pues son extraídos de los nidos.
Aunque los huevos de la industria no se encuentran fecundados, es posible que manchas rojas aparezcan. Se trata de gotas de sangre, producto de pequeños desgarres que ocurren cuando la yema sale por el ovario de la gallina.
Cuando sólo es una pequeña mancha no supone ningún riesgo para la salud de los seres humanos y para nuestra comodidad basta con retirarla.
Si la sangre es abundante y llega a pintar la clara de un color rojizo, lo mejor es desechar el huevo, pues este color puede indicar la presencia de una bacteria pseudomona, dañina para las personas.