Lech Walesa, exlíder sindical, expresidente de Polonia y ganador del Premio Nobel de la paz, dijo este miércoles en México: “Hay dos sistemas políticos que se discuten en el mundo hoy: el comunismo y el capitalismo. Y es lógico que la gente, especialmente los jóvenes, prefieran el comunismo. Este parece tener ideales y solidaridad. Solo cuando uno vive bajo el comunismo se da uno cuenta del error”.
Walesa estuvo aquí para participar en la presentación del libro Breve crónica del sindicalismo de Pedro Haces, líder de la CATEM, una central sindical. En noviembre pasado llegó también, pero para hablar en la Conferencia de Acción Política Conservadora. El mensaje fue igual en los dos casos: a los conservadores y a los sindicalistas. Habla bien de él.
En una entrevista que le hice, y se difundió el 22 de noviembre, Walesa me dijo: “El comunismo como sistema, como régimen, siempre se ha comportado de la misma manera. Rusia está compuesta de 60 pueblos dominados y vencidos. El comunismo tiene lemas maravillosos de igualdad, de justicia. Pero mi consejo a los jóvenes es: cuídense, aléjense del comunismo”.
A lo largo de la historia, efectivamente, los gobiernos comunistas han afirmado que representan una verdadera opción de igualdad y libertad, pero no han logrado la igualdad, sino dar privilegios a grupos de altos funcionarios, ni han generado libertades. Se entiende porque el comunismo se fundamenta en la prohibición de actividades económicas y comerciales, y establece gobiernos autoritarios que deben velar por el bienestar de las personas, sin considerar los deseos individuales.
Los países comunistas se convierten en dictaduras. Ocurrió en la Unión Soviética, China, los países de Europa oriental (antes de la liberación que empezó Walesa), Corea del norte, Cuba, Venezuela y ahora Nicaragua. Los gobernantes de estos países se han distinguido por aferrarse al poder, pero también por limitar las libertades individuales. Ayer Daniel Ortega dio un ejemplo más al expulsar a más de 200 presos políticos de Nicaragua. La mayoría no cometió más delito que expresar puntos de vista críticos. El escritor Sergio Ramírez comentó: “Hoy es un gran día para la lucha por la libertad de Nicaragua al salir de las cárceles tantos prisioneros injustamente condenados o procesados, cárceles en las que nunca deberían haber estado. Van al destierro, pero van a la libertad”.
López Obrador no ha buscado crear un régimen autoritario, pero sorprende su admiración por los dictadores. Este fin de semana recibirá en Campeche a Miguel Díaz-Canel, presidente de Cuba, a quien le ha dado apoyo económico comprando millones de dosis de vacunas Abdala, sin certificación internacional, y contratando a médicos cubanos cuyo sueldo entrega al gobierno y no a los facultativos. La SEP está recomendando a los maestros la lectura de obras de Marx y Engels. En principio me parece bien, siempre y cuando el propósito no sea adoctrinar. Está bien que lean a Marx y Engels, pero se les debe recomendar también el estudio de Arthur Koestler, George Orwell, Friedrich Hayek, Ludwig von Mises o Alexander Solyenitsin.
Los dictadores derrotados por las revoluciones pacíficas de Europa oriental impulsadas por Walesa y Vaclav Havel, entre otros, están siendo reivindicados. Vladimir Putin está erigiendo nuevas estatuas de Stalin, el dictador que, según el historiador Timothy Snyder, deliberadamente ordenó el asesinato de 6 millones de personas y mató de hambre o enfermedad a otros 3 millones. Ahora solo falta que empiecen a construir estatuas de Hitler.
Militarizar
El problema no es que se le encargue la seguridad aérea a la Sedena. La gran preocupación es que el actual gobierno está militarizando todo, y eso puede ser muy peligroso.
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