Antes de abordar la multitud de tópicos que llenan hoy nuestro modesto tintero, permítanme extenderle a mi raza, a mis compañeros de generación, mi más sentido pésame por la muerte del ÍCONO del cine mundial llamado Raquel Welch, la definición misma de “escultural” en el género femenino.

Cumplida esta sentida labor abordamos otros temitas que andan por ahí rondando.

Como por ejemplo, ¿por qué le dieron para atrás los borreguitos legisladores a la intención de elevar las penas por injurias a la “autoridad” que habían propuesto? Éste su servidor piensa que fue porque alguien les recordó aquel axioma colonial de “lo que va, viene”.

Es decir, si INCREMENTAN los Diputados las penas por lo que un ciudadano dice de sus gobernantes, ¿qué tendrían que hacer con esas mismas penas cuando una AUTORIDAD INJURIA A UN CIUDADANO? ¡Exacto!

Tal como sucede con frecuencia en las mañaneras, en las que el titular del Poder Ejecutivo se deja caer con toda la lengua contra empresarios, simples ciudadanos, opositores, inversionistas, médicos, enfermeras, Rectores, o la “clase media aspiracionista”. A algunos tilda de “rateros” (sin prueba alguna), a otros injuria llamándolos hipócritas o les inventa ser culpables de hechos inexistentes.

Ahora que como la mayoría obediente del Poder Legislativo (en las democracias reales, independiente; en México, subserviente) desconoce de casi todos los temas sobre los que legisla, no se percata que debido al “Principio de la Legalidad” representa una PEOR falta que la autoridad injurie al ciudadano, que el ciudadano injurie a la autoridad.

Seguro alguien les debe haber comentando a los solícitos legisladores protectores serviles del Presidente que “mejor no le muevan”. Pero no nos confiemos: retiraron la iniciativa por ahora, pero pueden los cuatro veces trastornados volver a presentarla más adelante. Ello, ya que a todas luces la verdadera intención fue la de AMORDAZAR la crítica que arrecia contra un Gobierno cada día más inepto, insensible y alejado de la realidad.

Y hablando de alejado de la realidad, debe decirse sobre este mismo tópico que el Gobernador de Nuevo León, Samuel García, parece andar en un vuelo sideral: ¡anda en las nubes!

Mientras “Samuelito” pasea y SE JACTA públicamente de su capital con el ostentoso regalo a su esposa Mariana de una camioneta de 2.5 millones de pesos (¿o acaso la lana fue del Estado, o la Tesla un regalo de Musk?), sus ciudadanos deben hacer largos VIAJES EN CAMIÓN de entre TRES Y CUATRO HORAS para llegar a sus casas tras sus jornadas laborales.

¡Más insensible hacia la sufrida población no se puede! Y mientras, el principal problema adicional que enfrenta nuestra población -inseguridad aparte-, el de la CONTAMINACIÓN excesiva y NOCIVA, ¿QUÉ HACE el Gobierno estatal para combatirla? ¡Nada!

El joven Samuel García viaja, se pelea y sube videos insultantes para la población en cuya cara restriega su caudal monetario y vida de Marajás que llevan él y su influencer pareja sin importarle las PENURIAS a las que ha condenado -por la incompetencia de su Gobierno- a millones de ciudadanos del área metropolitana de Monterrey.

Grave resulta cuando una persona no alcanza a percibir la incongruencia o insensibilidad de su conducta hacia los demás. En lugar de dar muestras de MESURA, de austeridad, de respeto hacia la población, el todavía Gobernador -que quién sabe por cuánto tiempo más podrá seguir siéndolo, empleitado a muerte con el Congreso del Estado- escoge la OSTENTACIÓN, el gasto superfluo y el lujo.

Aparte de la violencia y la contaminación, golpea a la población una INFLACIÓN galopante incontenida, que ha hecho que los precios de los insumos más básicos se eleven por la nubes, incluido el huevo.

Y es en este escenario desastroso cuando don Samuelito decide hacer “su show” del millonario regalo a su esposa como premio por sacar por sus pistolas y como si fueran juguete a NIÑOS de Centro Capullos para jugar con ellos… ¡en contra de la recomendación de la Comisión Estatal de Derechos Humanos!

En fin, estimados lectores, para vergüenzas públicas no completa uno en este nuestro México Mágico, que aún está de pie nomás porque la Guadalupana es de veras milagrosa, ya que si por nuestros “gobernantes” fuera, ya se lo hubieran ACABADO con tanta pifia, falla y tonterías que hacen y se les ocurren.

 

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