Sergio Sarmiento
“Los bancos no están diseñados para ser seguros”.
Martin Wolf
Mucha gente se sorprende de que los bancos pueden quebrar. Estos proyectan la imagen de instituciones que tienen todo el dinero y pueden usarlo a discreción. No podemos imaginar a un banquero pobre.
La verdad, sin embargo, es que “los bancos están diseñados para quebrar. y lo hacen”, según Martin Wolf, columnista del Financial Times. Los depósitos que reciben son pasivos a la vista, que tienen que devolver cuando los depositantes los requieran, mientras que sus activos son muchas veces créditos o documentos de mediano o largo plazo. Pasivos a la vista y activos a largo plazo es una fórmula ideal para la quiebra. La misma palabra “bancarrota” tiene su origen en la actividad de los prestamistas genoveses del Renacimiento, quienes, si se quedaban sin recursos, debían romper la “banca”, su mesa de trabajo. La “banca rota” está ligada originalmente a la actividad financiera.
Este pasado fin de semana quebraron dos bancos estadounidenses: el viernes 10 de marzo, el Silicon Valley Bank de California, 16ª institución bancaria de la Unión Americana; y el domingo 12 de marzo, el Signature Bank de Nueva York. Estas quiebras han generado nerviosismo entre los depositantes de otros bancos. First Republic ha estado bajo presión, pero también otros bancos pequeños y medianos de Estados Unidos. La turbulencia ha alcanzado incluso a Credit Suisse y otros bancos europeos.
El Silicon Valley Bank parecía tener un negocio seguro con viabilidad futura garantizada. La mayoría de sus clientes eran grandes empresas tecnológicas con depósitos muy importantes. El crecimiento de sus depósitos fue tan rápido que el banco no pudo ya colocar suficiente crédito entre las empresas de tecnología, sus clientes naturales, pero el dinero lo guardó en los documentos más seguros disponibles: bonos de largo plazo del Tesoro de Estados Unidos.
El problema es que, después de varios años en que la Reserva Federal mantuvo tasas de interés artificialmente bajas, el año pasado empezó a subirlas apresuradamente para combatir la inflación. Si bien los viejos bonos del Tesoro pagarán sus intereses nominales al vencimiento, su valuación de mercado se desplomó ante las alzas en los intereses de los nuevos bonos. Esto hizo que cayera la valuación de las reservas del banco. De ahí la insolvencia.
Los directivos del banco debieron haber entendido la tendencia, ya que la Reserva Federal siempre fue clara sobre su intención de subir intereses, pero no ajustaron su portafolio de activos. Tampoco se percató el consejo de administración, que por ley en California debe integrarse con diversificación étnica y de género. Comenta Andy Kesler del Wall Street Journal que el banco se preciaba de tener un consejo de administración formado por 45% de mujeres, una persona negra, un “LGBTQ+” y “dos veteranos” de las fuerzas armadas. Muy loable, quizá, pero el consejo no entendió que unas reservas aparentemente seguras, con bonos del Tesoro de largo plazo, estaban condenando al banco a la quiebra. Se requería conocimiento técnico para comprenderlo.
Hoy empieza la convención nacional bancaria en Mérida. Los bancos mexicanos muestran sanos niveles de rentabilidad, reservas y capitalización, pero las quiebras en Estados Unidos son un mensaje de advertencia. También en México han subido las tasas de interés y eso hace que caiga el valor de mercado de los bonos de largo plazo. Nuestros banqueros deben tener tanto cuidado como puedan porque, a fin de cuentas, los bancos son negocios “diseñados para quebrar”.
Alternativas
Dice AMLO que pedirá a los científicos mexicanos que desarrollen “alternativas” al fentanilo de uso médico para poder prohibir esta sustancia. El fentanilo, sin embargo, es el único analgésico que ayuda a pacientes con enfermedades muy dolorosas, como el cáncer. Además, cualquier analgésico igual de fuerte generará también consumos no médicos.
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