¿Qué sucede cuando uno deja la Coca Cola abierta por mucho tiempo? Se escapa el gas. ¿Y a qué sabe una Coca Cola sin gas? Sí, a diablos.

Algo parecido ocurre con la gran apuesta del presidente López Obrador: la jefa de Gobierno Claudia Sheinbaum, quien, aunque encabeza prácticamente todas las encuestas, nada más no termina de consolidarse por sí sola.

Sheinbaum, una copia mediocre de López Obrador, nunca imaginó que su vida podría tomar el rumbo que ha tomado. Ni en sus sueños más remotos la otrora científica de la UNAM habría pensado en llegar tan cerca de la Presidencia de la República.

Creo firmemente que a menos que algo radicalmente negativo suceda en contra de la jefa de Gobierno, algo realmente muy dramático, algo así como la bomba nuclear de los escándalos, Sheinbaum será la candidata del oficialismo y, no solo eso, será la próxima presidenta de México, siendo la primera mujer en ocupar este cargo, definitivamente, un orgullo.

Lamentablemente, la llegada de Sheinbaum no será un logro propio.

Sin su padrino, López Obrador, Claudia Sheinbaum hoy por hoy apenas podría aspirar a un asiento en el Congreso, quizás ni siquiera en el Senado, si acaso una candidatura menor para alguna diputación. Políticamente hablando, Claudia no es nada sin Andrés.

Y que no me tachen ni de misógino anticlaudista ni de antipeje. Es verdad que como funcionaria no ha sido “mala”, pero tampoco extraordinaria.

No fue una mala secretaria del Medio Ambiente cuando trabajó para López Obrador, pero tampoco fue particularmente brillante, de hecho, después del sexenio regresó a su carrera como científica en la UNAM. Absolutamente nadie en aquel convulso 2006, hace 17 años, hubiera pensado que llegaría a ser presidenta.

Tampoco fue una mala delegada de Tlalpan, si bien el caso Rébsamen la perseguirá toda su vida, como siempre existe una mancha que persigue a los políticos toda su vida, tampoco podría decirse que fuera una mala funcionaria señalada por corrupción ni que su administración fuera inepta o incompetente.

No ha sido una mala jefa de Gobierno, con todo y que el monstruo que es la Ciudad de México trabaja y funciona “a pesar” de sus gobernantes y que la movilidad ha sido un desastre y el Metro un infierno, hay que reconocer que no es tan mala, o sea, no ha destacado, pero tampoco ha sido pésima, más bien ha sido una jefa gris, algo así como nuestra primera Jefa-Regenta.

Y así ha sido su carrera, Claudia Sheinbaum será presidenta de México por un azar, por un dedo presidencial que la impulsa, que la carga y que no se cansa de ungirla como la favorita, como la elegida. Claudia Sheinbaum será presidenta de México gracias a un hombre que se vende a sí mismo como “el presidente más feminista de la historia”. Claudia Sheinbaum será presidenta de México porque puede seguir siendo manejable, no por su proyecto sino porque ella no encabeza un proyecto propio, sino que continúa con la obra de su jefe…

Dicen que no hay presidente pelele, que tarde o temprano, el poder se siente y rompe cualquier relación con el titiritero. A ver si es cierto, ¿qué opina, oiga?, dígamelo en @luiscardenasmx

De Colofón

Primero fue Demetrio Sodi, luego Gustavo de Hoyos y ahora va José Ángel Gurría, corcholatas ciudadanas que “pegan” en un círculo muy pequeñito de la sociedad, pero que son muy débiles para la mayoría.

Dicen que la razón de tanto destape ciudadano es la de presionar a los partidos políticos para que organicen, a la de ya, una especie de elección primaria de dónde salga el bueno o la buena de la oposición. A ver si les sale, mientras tanto, pura llamarada de petate.

Y todavía faltan 563 días para que se termine el sexenio.

¡Y solamente 14 meses, 15 días para la elección del 2024!

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