Sin precedentes

Nos sorprendía el otro día en la redacción cómo, a pesar de todo lo que ha ocurrido en Guanajuato, todavía comentamos con triste frecuencia: esto no lo habíamos visto antes.

Nos ocurrió de nuevo la semana antepasada, cuando dos policías que vivían como pareja fueron atacados en Tarimoro por un grupo que tumbó la puerta para entrar a la fuerza. Ella murió en su recámara, su esposo en un hospital, tras cinco días de agonía.

Y esta semana que terminó, lo que no había pasado nunca fue el crimen de las seis mujeres que fueron secuestradas y calcinadas en Celaya, un caso atroz que fue noticia en todo el País por su bárbara crudeza. 

En este sentido, no sobra recordar que el miércoles se cumple un año de una tragedia similar, cuando ocho personas, la mayoría de ellos integrantes del grupo musical “Los Chuparrecio”, una banda de la comunidad Juan Martín, también de Celaya, con décadas de trabajo, fueron sacrificadas en condiciones similares.

Queda entonces la impresión de que a pesar de la disminución en el número de casos de violencia, que con razón destacan las autoridades, en realidad se avanza poco en la lucha para alcanzar la tranquilidad.

El jueves, por ejemplo, en el marco de un seminario de CALEA, una agencia de acreditación de fuerzas policiacas que se celebró en Silao, el secretario de Seguridad estatal, Álvar Cabeza de Vaca, habló sobre el tema de la vigilancia en la carretera León-Lagos y, tras descartar una vez más que se produzcan asaltos en Guanajuato, platicó que donde hay un serio problema es en Villagrán, pues allí sí hay atracos, pero cuando se reportan, las autoridades municipales no se dan por enteradas.

Y lo que sorprende es que a dos años siete meses de la captura del líder del cártel local, ocurrida en Juventino Rosas en agosto de 2020, su principal zona de influencia siga fuera de control y eso a pesar de que, como recuerda hoy La Olla, que trata este mismo tema, la seguridad en el municipio en que aparecieron las mujeres, una fosa con tres cuerpos y otros cinco que flotaban en un canal (todo en esta semana), está desde hace año y medio en manos de las Fuerzas de Seguridad Pública del Estado.

Pertrechos encontrados en la zona en que fueron hallados los restos de las seis mujeres asesinadas.
Foto: Fiscalía General del Estado de Guanajuato.

Guerrilla y recuerdos

Se cumplió esta semana, con menor impacto del que suponía, el 50 aniversario de la fundación formal de la Liga Comunista 23 de septiembre, el grupo guerrillero de mayor impacto en el pasado reciente de nuestro País.

Con todo y la polarización extrema que vive hoy México, estoy seguro que a muchos jóvenes y otros que no tanto, les resultaría difícil comprender la situación en que nacieron aquellos grupos radicales.

En aquel 1973 en que surgió, la Liga asesinó a uno de los empresarios más respetados del País, don Eugenio Garza Sada, en un frustrado intento de secuestro que conmovió al País. 

Pocos días después, el 10 de octubre, a pesar del impacto que había provocado la muerte de Don Eugenio, la Liga secuestró en Guadalajara al cónsul británico Duncan Williams y al empresario jalisciense Fernando Aranguren. El Gobierno rechazó negociar, el cónsul fue liberado, el empresario de 37 años fue ejecutado por sus captores.

Varias de estas historias, sepultadas por el tiempo, volvieron a  salir a la luz el 19 de septiembre de 2019, cuando Pedro Salmerón, entonces Director del Instituto Nacional de Estudios Históricos de las Revoluciones Mexicanas (INEHRM), sostuvo que el asesinato de Eugenio Garza Sada había sido cometido por un “comando de jóvenes valientes”, lo que llevó a su destitución en medio de reproches (y algunas defensas también).

Pero hubo al menos otro hecho que fue fundamental para el futuro. El 11 de agosto de 1976, un comando de la Liga pretendió secuestrar en la Ciudad de México a Margarita López Portillo, hermana del presidente electo José

En la balacera que desató entre los extremistas y la escolta de la señora López Portillo falleció el líder de la Liga 23 de septiembre, David Jiménez Sarmiento, según algunos de los relatos del ataque, con un granada en la mano.

Aquel atentado incrementó todavía más los esfuerzos para acabar con la Liga (que había matado a 22 policías aquel año), y también la llamada “guerra sucia”, es decir, las maniobras del gobierno al margen de la ley, asesinatos y desapariciones incluidos, para acabar con la amenaza extremista.

Pero también trajo, según contó el mismo López Portillo, la convicción de que había que abrir los cauces políticos para la izquierda, que estaba al margen de la vía electoral por la cerrazón gubernamental. La reforma que se concretó en aquel régimen fue el inicio del largo camino que nos llevó a la pluralidad.

Hoy cuando percibimos el rencor acumulado en la vida política, en las redes sociales y en los espacios de opinión de los medios tradicionales;  mientras vemos  monigotes quemados en el Zócalo y advertencias de que van a “desaparecer” a los periodistas críticos de la Presidencia, siento que  nos urge tener presente aquellas épocas.

La quema de una imagen de la ministra Norma Piña. Vale la pena asomarse a Twitter para ver el debate sobre el tema.
Foto: Agencia Reforma

¿Qué ver, qué leer?

El repentino fallecimiento de Lance Reddick (60 años) conmovió a sus seguidores, especialmente a aquellos que como yo consideramos que “The wire”, proyectada originalmente en HBO entre 2002 y 2008, es una de las mejores series que se han creado jamás.

Más conmovedor resulta ver que tan solo un día antes de partir, había mencionado en  una entrevista como lo había afectado el fallecimiento de Michael K. Williams, quien en aquella serie encarnara a “Omar Little”, un personaje inolvidable.Williams falleció en 2021 a los 54 años, víctima del fentanilo. 

Veo también que su primer trabajo para el cine fue para “Grandes Esperanzas”, la película de Alfonso Cuarón. Pero fue en lo que era entonces televisión, y sobre todo con su papel del sargento de policía que apoya la investigación con escuchas de un grupo criminal de su natal Baltimore, cuando inscribió su nombre en la historia del espectáculo. Una lástima su partida.

Lande Redick, en una imagen de 2019.
Foto: AP

MCMH

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