Irapuato, Guanajuato.- En las ocasiones especiales, ya sea por cumpleaños, santo, algún logro o acontecimiento que tiene una persona querida le decimos felicidades y le cantamos “Las mañanitas”. Con eso queremos decir que deseamos lo mejor para esa persona y que la queremos. 

En momentos de mucha violencia, como los que estamos viviendo ahora, varias personas podrían decir y ¿por qué felicitarnos? Pueden ser muchas las respuestas empezando por estar vivos, con capacidades físicas mentales y espirituales que podemos utilizar y hacer un mundo mejor.

La felicidad es una meta humana fundamental. Desde 2013, las Naciones Unidas han celebrado el Día Internacional de la Felicidad como reconocimiento del importante papel que desempeña la misma en la vida de las personas de todo el mundo. Sin embargo, la felicidad el día de hoy está seriamente amenazada. El camino hacia la misma requiere de valores fundamentales como la amabilidad y la compasión, especialmente en tiempos de crisis a causa de conflictos bélicos, pandemias como el coronavirus o hambrunas. La felicidad individual pasa por la felicidad global con la colaboración de todos. No dejemos a nadie atrás. Luchemos por nuestros Objetivos de Desarrollo Sostenible. 

El Informe Mundial de la Felicidad 2023 se publica hoy lunes 20 de marzo. El Día Internacional de la Felicidad es para reconocer la relevancia de la felicidad y el bienestar como aspiraciones universales de los seres humanos y la importancia de su inclusión en las políticas de gobierno. La resolución reconoce además la necesidad de que se aplique al crecimiento económico un enfoque más inclusivo, equitativo y equilibrado, que promueva el desarrollo sostenible, la erradicación de la pobreza, la felicidad y el bienestar de todos los pueblos.

La felicidad es esa sensación de creer y tener esperanza en el futuro en que las “cosas” estarán bien, sentirse con ánimos y en una situación en la cual parece que las relaciones marchan de manera positiva. El problema aparece cuando creemos que la felicidad debe permear toda nuestra vida, pues debemos transitar por cada emoción que existe: tristeza, ira, ansiedad, miedo, etcétera; “eso nos permite tener una correcta adaptación al medio”. Por ello, su búsqueda obsesiva conduce a la frustración, pues al obsesionarnos con ella, parece que se vuelve inalcanzable.

La felicidad es un factor indispensable para mantener una vida armoniosa y plena.

Pero, ¿qué nos hace felices? Es un cuestionamiento subjetivo y personal; corresponde a las características de nuestro entorno, historia de aprendizaje y expectativas. En general, nos da felicidad mantenernos en una situación donde sentimos que avanzamos en nuestras metas personales. “Lo que cambia es el medio para alcanzar ese bienestar: apreciar una obra de arte, leer un libro, comer nuestro alimento favorito, andar en bicicleta, tomar un café al atardecer, tener sexo o criar hijos; todo ello puede ser lo que nos motiva o nos hace sentir bien”.

La sensación de felicidad es subjetiva, lo que quiere decir que cada sujeto, según su experiencia, sus expectativas en la vida o su forma de convivir con los demás, define de manera individual qué significa. Lo que para algunas personas puede ser causa de felicidad, para otras puede no serlo. 

La felicidad es un factor indispensable para mantener una vida armoniosa y plena. En muchas culturas se estima que una de las principales prioridades del ser humano debe ser el encuentro con la felicidad, que puede definirse por factores socioambientales, genéticos o ligados al alcance de objetivos y metas. Aunque todas las personas están de acuerdo con que quieren alcanzar la felicidad, no se sabe con precisión a qué se refiere este deseo, lo que lo hace impreciso y abstracto.

Una postura interesante es la que plantean algunas filosofías orientales en las que la felicidad se define como un estado permanente en el tiempo y que no es pasajero. Para esta línea de pensamiento, una vida armoniosa, estable y desprendida de los placeres materiales es la base fundamental para considerar la existencia de un individuo como un ser feliz. Esta postura considera que la felicidad radica en contemplar la vida y disfrutarla sin importar las circunstancias.

La felicidad no es un ente que se deba perseguir insistentemente, sino un estado asociado a una emoción positiva, según la psicología; para muchos filósofos constituye el fin último del ser humano, relacionado más con una forma de caminar por la vida, que con el lugar al cual se llega. Es un día que también celebra la inclusión y que, por lo tanto, exige que todos los gobiernos del mundo lo tengan presente como parte de sus políticas sociales y económicas, para que de esta forma pueda existir una verdadera equidad y bienestar colectivo, que, a la larga, ayude a alcanzar la tan anhelada felicidad que toda la raza humana sueña.

Hoy los seres humanos podemos pensar que la felicidad es un derecho universal y no una simple quimera, difícil de alcanzar. El mundo reclama un cambio total de conciencia de todos sus habitantes. Con estas decisiones, se están dando los primeros pasos, pero todavía falta mucho camino que recorrer para que los hombres puedan vivir en un mundo pleno de felicidad y que ese sea el legado que se le pueda dejar a las futuras generaciones.

¡Feliz inicio de primavera!

¡Por la Construcción de una Cultura de Paz!

manuelramos28@gmail.com

 

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