“Buen día. Disculpe, ¿cuánto me cobra a ___?” Siempre que no lo olvido hago esta pregunta al taxista que atiende mi mano alzada. Cuando se me olvida termino arrepentido, quizá me imaginan elegante y acaudalado, o quizá piensen que soy foráneo y no sé de tarifas en Pachuca, pero casi siempre quieren cobrarme como si me llevaran de tour por la ciudad.
De acuerdo con las tarifas que autoridades de la anterior administración estatal dieron a conocer cuando presentaron la aplicación Taxi Contigo (¿todavía existe?), la tarifa mínima sería de 38 pesos por un viaje de hasta cuatro kilómetros. Ese precio entró en vigor desde junio de 2021, pues bien, desde entonces creo que ninguna vez un taxista ha aceptado (al menos no de buena gana) cobrarme menos de 40 pesos por un viaje, incluso con distancias menores a tres kilómetros.
Debe ser alguna falla de percepción de distancias, pues no creo que los conductores sean abusivos en sus cobros, porque además en la mayoría de las veces el aumento es incluso más. El domingo pasado, por ejemplo, busqué un taxi para volver a casa minutos antes de las nueve de la noche, porque en Pachuca, se sabe, el transporte público va a la cama temprano y más aun en fin de semana.
Detuve un coche en la esquina donde estaba y a la pregunta de cajón el conductor respondió: le cobro 50 pesos. ¡Híjoles! No, muchas gracias, le dije. Porque el trayecto es apenas mayor a tres kilómetros, según la aplicación Google Maps, así que tal vez era uno de los conductores sin buena percepción de longitudes.
Pero la sorpresa fue mayor después. Pensé en caminar dos o tres calles para reducir un poco la distancia y quizá sería más fácil para el taxista calcular un precio más justo. Lo hice y detuve uno: Le cobro 60 pesos, joven. ¡Sopas! No, pues muchas gracias, que tenga buena noche, señor taxista. Ya encaminado mejor recorrí todo el trayecto a pie, tardé casi media hora, pero valió la pena ahorrar más de 50 pesos por una distancia tan corta. Y esta no ha sido, ni cerca, la peor experiencia buscando taxi.
Recientemente autoridades judiciales rechazaron el último amparo que mantenía la empresa Uber para obligar al gobierno de Hidalgo a permitir su operación en el estado; no obstante, la empresa no cejará en su empeño y habrá más intentos. Aunque por ahora, la única opción son conductores que calculan mal las distancias.
Personalmente no soy partidario de las empresas de transporte por aplicación, por demás abusivas, tanto con sus conductores como con sus clientes. Además que aprovechan vacíos legales para mantener jugosos negocios con ventajas de las que no goza el transporte concesionado. Sin embargo, difícil es mantener ese rechazo cuando el transporte concesionado es también abusivo, ineficiente, peligroso y hasta con prácticas mafiosas, principalmente ejercidas por los concesionarios que con flotillas como de armada inglesa aprovechan su influencia y capacidad de presión para entablar relaciones y pactos con el poder político que, a su vez, se beneficia con el músculo que proporciona el gremio.
Quienes pierden, como siempre, son usuarias y usuarios que deben rascarle a sus bolsillos para ver si alcanza o que deben pelearse con taxistas que exigen y se enojan porque no les pagan como si hubieran recorrido la ruta del maratón.
Taxi Contigo ha sido, hasta el momento (no creo que vaya a mejorar), un fracaso de la anterior administración. ¿La 4T será más eficiente?
La opinión expresada en esta columna es responsabilidad de su autor (a) y no necesariamente representa la postura de AM Hidalgo