Estimado lector, una semana más en la que te saludo, gracias por tu atención.
El tema de los centros de rehabilitación para adictos es una asignatura pendiente y este domingo AM difunde lecturas sobre el asunto que vale la pena repasar para tener una aproximación a este grave problema.
En un tema muy distinto, preocupa que mientras la competencia empresarial abre nuevos horizontes -veamos hoy el caso de las gasolineras-, México tiende a esquemas que funcionaron bien hasta cuerpo punto, pero es dudoso que lo hagan hoy.
Y para rematar, otro hito del rey de las series policiacas.
Acompáñame a dar juntos este repaso.
Anexos, adictos, un tema pendiente
Muy digno de leerse el análisis que AM publica este domingo 16 de abril acerca de la situación en los centros de rehabilitación en Guanajuato.
A partir del dato de que apenas están regularizados ocho de 360 ubicados en el estado y del caso de un muchacho al que mataron quienes supuestamente lo iban a internar para intentar enderezar su vida, periodistas de AM consiguieron ayer un retrato muy completo sobre el tema.
Con la claridad que muestra cuando analiza el escenario infernal de la violencia que nos azota, David Saucedo puso el acento en lo fundamental: “no existen albergues o centros de atención hospitalaria, clínicas de rehabilitación que sean manejadas por los gobiernos”.
Las autoridades previenen en la medida de lo que alcanzan, un aspecto en el que creo que Guanajuato destaca, pese a las críticas que despierta Planet Youth -AMLO sueña con ser DInamarca, Diego con parecerse a Islandia, he escuchado decir-; y reprimen a la brutal delincuencia con todo lo que encuentran a su alcance.
Y en medio de todo este escenario quedan los adictos, que requieren un apoyo constante que no siempre reciben de sus familias y tratamientos prolongados, costosos y, hay que aceptarlo, con relativas posibilidades de éxito.
De los testimonios difundidos, uno de los más interesantes es el del presidente de la red estatal de los Centros de Rehabilitación Unidos del Bajío (CRUB), Nicolás Pérez Ponce, quien llama la atención sobre lo complicado que resulta regularizan los anexos por las exigencias de la Comisión Nacional contra las Adicciones (Conadic).
La demanda de rigor se entiende, hay vidas en juego y todos conocemos historias sobre episodios de brutalidad ‘didáctica’ en estos centros, pero creo que es urgente hacer un balance claro entre lo que es indispensable y lo que resulta posible, para evitar una situación indefinida que a nadie beneficia.
Y Pérez Ponce lo deja también muy claro cuando habla de que han existido y existen -denuncia con valor- supuestos centros de rehabilitación que sirven a otros fines muy distintos y muestran el peligro de las áreas grises.
Es momento de que las autoridades muestren sabiduría y comprensión. Desde su experiencia, José Juan Aguirre, director general del Centro de Rehabilitación Sirviendo a Dios, es consciente de las carencias que presentan muchos centros, pero considera que a pesar de todo, ayudan.
Y lo dice muy claro, para los partidarios de la mano dura: ”sería un gran error, cerrar un grupo sería echar a la calle a los muchachos que se quieren rehabilitar, delinquir, seguir drogándose, seguir maltratando a la familia, destruyendo”.
Volvemos con Nicolás Pérez Ponce para la advertencia final: por ahí viene el fentanilo, lo que nos faltaba.
Competencia o monopolios
Leí que Luis Chavarría Meza, director de Kepler Oil and Gas, dijo el otro día en una webinar que los empresarios gasolineros deben enfocarse en desarrollar estaciones multimodales para que puedan mantenerse en el mercado en los próximo años,
En la reunión, organizada por la asociación del gremio de expendedores, Chavarría dijo que las estaciones deben incorporar múltiples servicios, tecnologías e incluso otros combustibles para venta al público, según la forma en que evolucionen las necesidades del mercado.
Añadió que quienes pretendan sobrevivir tendrán que analizar si necesitan comercializar gas LP, gas natural, electricidad, etanol. Y en cuanto a lo que llama servicios agregados, señaló que “no nada más es seleccionar bien la tienda de conveniencia, sino que se deben incluir el pago de servicios, el uso de la Inteligencia Artificial e incluso la realidad aumentada para que la experiencia del usuario sea totalmente diferente”.
Los comentarios me llamaron la atención, porque a principios de año supe del caso de Plenoil, una gasolinera automatizada o “low cost” que funciona en España y ha aprovechado muy bien el aumento del precio de los combustibles registrado en Europa para conseguir poner en marcha en siete años 160 estaciones automatizadas, 60 de ellas el año pasado.
El modelo, de acuerdo con el análisis, colonizó ya el 12.5 % del total de estaciones en España y “ha roto la rentabilidad de las gasolineras tradicionales, con precios que suelen diferir entre un 8% y un 10% con las de los grandes operadores”.
El CEO de la compañía, José Rodríguez de Arellano, sostiene que durante años una buena parte del sector ha tenido beneficios de hasta un 10%, con muchos casos en que “los precios eran homogéneos, no digo que fueran pactados”: la irrupción de Plenoil ha hecho saltar por los aires el esquema, sobre todo en ciudades medianas y pequeñas,, bendita competencia.
Y mientras todo esto pasa, a Chavarría le preocupa que como consecuencia de las políticas públicas que impiden competir en igualdad de condiciones frente a Pemex, grupos gasolineros extranjeros se van del País.
“La política pública está sacando de mercado a los inversionistas privados para fortalecer al monopolio estatal, lo que está pasando en las gasolineras es que, por ejemplo, Repsol y Total son de las empresas que están decidiendo ya retirarse del mercado mexicano y empiezan a desinvertir”, sostuvo Chavarría Meza, citado por Reforma.
Y es que mientras algunos grupos piensan en cómo diversificar sus establecimientos o surgen casos de eficiencia extrema, como el que platicamos, “Pemex subsidia los precios de sus combustibles a tal grado que ninguno de los grupos gasolineros puede sostener, a menos que arroje pérdidas”, según otra nota publicada la semana pasada.
Veremos los resultados de todo esto.
¿Qué ver, qué leer?
Con más frecuencia de la que quisiera, siempre conviene renovar el repertorio, confieso que “mi preparación jurídica proviene de ‘La Ley y el orden’”: se trata de un homenaje íntimo a un programa que he visto durante tantos años, en tantas distintas versiones, que ya ni me acuerdo bien cuándo empecé.
Pues esta semana que se fue NBC informó que tres series de la franquicia ‘La Ley y el Orden’ (y tres más de la franquicia ‘Chicago’), tendrán nuevas temporadas.
De acuerdo con The Hollywood Reporter, los programas renovados son ‘La Ley y el Orden’, que filmará su vigésimo tercera temporada; ‘La Ley y el Orden: Unidad de Víctimas Especiales’, con su temporada 25; y ‘La Ley y el Orden: Crimen Organizado’, que va por la cuarta. También las series ‘Chicago Fire’, ‘Chicago PD’ y ‘Chicago Med’ continuarán al aire.
La franquicia de ‘Víctimas Especiales’ se estrenó en 1999 y, con Mariska Hargitay como Olivia Benson, transmite su temporada 24, la segunda serie de horario “primetime” que más tiempo ha permanecido al aire, como se decía antes, solamente superada por Los Simpson.
Detrás de estos programas, como de muchos otros, entre ellos la franquicia “FBI”, que ya tiene tres versiones distintas, está el productor Dick Wolf, uno de los grandes personajes de eso que comenzó como televisión y miren nada más hasta dónde ha llegado.
Y eso es todo por este domingo, muchas gracias por tu atención.
Aprecio tu lectura y espero que compartas estas líneas, si acaso crees que valen la pena.
Los comentarios son siempre bienvenidos.
La semana próxima nos saludamos.