El tropiezo de salud de Andrés Manuel López Obrador permite revivir una historia en la que otro Presidente sí estuvo hospitalizado.

Mientras tanto, la postura radical de los senadores de Morena ha prendido las alarmas sobre el tramo final del sexenio.

Y para rematar, una novela sobre rocanroleros que es más que eso.

Te invito a que hagamos juntos este breve repaso semanal, no sin antes pedir una disculpa por haberme confundido y haber escrito Patricia Arizmendi, no Armendáriz, como corresponde, en la introducción de El Intérprete del domingo 23.

El Presidente en el hospital

Comenzamos la semana el domingo pasado en medio de especulaciones acerca de la salud del presidente Andrés Manuel López Obrador. Que si se había desvanecido o no (resultó que era cierto, pese a las negativas oficiales, que fueron desmentidas por el propio mandatario) o que si había sufrido un quebranto grave que lo había incapacitado o puesto al borde de la muerte.

En este sentido, como señalan muchos de los seguidores de AMLO, fue penoso ver cómo circularon versiones que resultaron ser falsas y cómo fueron asumidas o compartidas por muchos cuya actitud parecía mostrar que deseaban que así fuera y no que les importara la realidad. Al respecto, la justificación de Sergio Sarmiento de que la falta de información explica las especulaciones estuvo entre lo más comentado de una semana caliente.

El hecho es que recordé otra historia en la que el Presidente sí acabó en el hospital de manera que se puede considerar imprevista. La historia la rescata el periodista Bob Woodward en su libro “Plan de ataque” (2004) y se ha referido a ella otro de los involucrados, el ex presidente chileno Ricardo Lagos.

Resulta que George Bush hijo estaba en pleno cabildeo para conseguir los votos del Consejo de Seguridad de la ONU para atacar Irak y se enfrentaba a la negativa de Lagos y a las dudas de Vicente Fox: México y Chile integraban por entonces el consejo, que como se sabe está formado por cinco miembros permanentes y 10 que se alternan.

Bush llamó a Fox y pese a la impaciencia de su colega norteramericano, el paisano pidió más tiempo para tomar su decisión. Prometió regresar la llamada.

Cuenta Woodward:

“Durante la cena, Rice (Condoleezza Rice, que era la Secretaria de Estado) llamó a Bush para decir que había recibido una llamada en la que le comunicaban que Luis Ernesto Derbez, el ministro de Asuntos Exteriores, estaba ahora al frente de la política mexicana porque Fox había ingresado al hospital para someterse a una operación de espalda. Interesante, dijo Bush”.

Llamó luego a Ricardo Lagos, quien sin rodeos le dijo que no votaría a favor de la medida. Cómo se sabe, EU atacó a la brava, invadió Iraq, capturó y colgó a Saddam Hussein, pero se metió en un avispero del que le costó salir.

De acuerdo con la información oficial, Fox fue operado el 11 de marzo en el Hospital Militar del que tanto se habló esta semana.

Una foto de Vicente Fox en el hospital, rescatada de Internet. La falta del voto de México fue definitiva para que EU atacara a Irak al margen de la ONU. Foto: AP

¿Nueva etapa?

La segunda parte de las especulaciones de la semana estuvo consagrada a la radicalización de los legisladores de Morena, que sacaron a la brava en el Senado un paquete de reformas sin ningún decoro y, lo que parece peor, sin cumplir con lo que la ley establece.

¿A qué se debió esta actitud? Es la gran incógnita que intriga al País, en medio de opiniones que justifican la manera de legislar y otras que ven con temor el tramo final del gobierno de López Obrador.

Como sea, vienen tiempos difíciles. Por mucha unidad que consiga Morena a la hora de postular a su candidata (según parece), el proceso de transición del poder entre el que se va y el que llega es siempre complicado y lo será más ahora porque AMLO es un caso único y la devoción que provoca en sus seguidores no la heredará quien lo reemplace. Por el bien del País, todos esperamos que las cosas se resuelvan de la mejor manera.

Entre todos los temas desahogados esta semana, quizá ninguno sea tan polémico como la desaparición del Instituto Nacional de Salud para el Bienestar, un triste ejemplo de la manera en que la nueva administración abordó asuntos importantes para el País.

Ya se encargó el doctor y diputado Éctor Jaime Ramírez Barba de explicar, con ironía, el insensato manejo que el Gobierno hizo de este proceso. Habrá que ver lo que pasa de ahora en adelante. Las dudas que provocan el poco tiempo que le resta a la administración y la propia situación del IMSS Bienestar son un indicador de la desconfianza que hay de que la situación mejore. Esperemos equivocarnos.

Los senadores de Morena, instalados en su sede alterna. Foto: Especial/Agencia Reforma

¿Qué ver, qué leer?

Una nueva recomendación de un compañero de la redacción me llevó a “La armada invencible” (2022), una novela del escritor jalisciense Antonio Ortuño “sobre el envejecimiento y las relaciones personales”, construida a partir de la historia de fanáticos del heavy metal.

Como bien dijo el autor en una entrevista con El País, la obra es bastante más que un relato sobre rocanroleros, pero sin duda que a los seguidores de esta música nos hace guiños muy especiales. Vale la pena leerla.

Antonio Ortuño, en agosto del año pasado. Foto: El País

Y eso es todo por este domingo, muchas gracias por tu atención.

Aprecio tu lectura y espero que compartas estas líneas, si acaso crees que valen la pena.

Los comentarios son siempre bienvenidos.

La semana próxima nos saludamos.

Antonio Lascurain Huerta

 

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