En la ciudad de Ginebra se encuentran muchas de las instituciones relacionadas con la salud como la Organización Mundial de la Salud y los Derechos Humanos como la Oficina del Alto de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos. En el Instituto de Graduados de Ginebra se celebró esta semana el Curso “Perspectivas actuales sobre políticas de drogas” con la participación de casi treinta ponentes y una veintena de legisladores y actores de UNITE provenientes de diversos países como Malasia, Zimbabwe, Kenia, Estados Unidos, Portugal, Colombia y México para tener una visión global del tema y sus posibles abordajes.

Resultó evidente que la política de drogas es un tema que ha estado en constante evolución en todo el mundo en las últimas décadas. La opinión pública y los legisladores han pasado de un enfoque de “guerra contra las drogas” a una perspectiva más orientada a la salud pública con respeto de los derechos humanos.

La legalización y regulación de ciertas drogas es una perspectiva que ha ganado terreno en los últimos años. Países como Uruguay y algunos estados de la Unión Americana han legalizado el uso recreativo y/o medicinal de la marihuana (Cannabis), mientras que otros países están considerando seguir su ejemplo. La idea detrás de esta perspectiva es que legalizar y regular la producción, venta y uso de ciertas drogas puede reducir el comercio ilegal, aumentar los ingresos fiscales y permitir una mejor protección al consumidor.

La despenalización es otra perspectiva que ha ganado terreno en todo el mundo. Portugal es un ejemplo de país que ha implementado la despenalización del consumo y posesión de drogas. Esta política ha llevado a reducciones en los daños relacionados con las drogas, como muertes por sobredosis e infecciones por VIH, Hepatitis C, Hepatitis B y Tuberculosis. Al despenalizar el consumo de drogas, se trata el problema como un problema de salud pública en lugar de uno penal. En México se ha descriminalizado la portación y el consumo de ciertas drogas poniendo límite en cantidad y se autorizó el uso de la Cannabis medicinal.

La perspectiva de la reducción del daño enfatiza la reducción de las consecuencias negativas del consumo de drogas sin necesariamente apuntar a eliminar el consumo de drogas por completo. Las estrategias de reducción del daño incluyen programas de intercambio de agujas, sitios seguros para inyectarse y acceso a medicamentos para revertir sobredosis, como la naloxona. Cada vez más, estas medidas se adoptan en diversas regiones como parte de un enfoque integral de la política de drogas. Visité un centro comunitario y una clínica aquí en Ginebra, de casi 27 que existen en todo Suiza.

La medicalización es otra perspectiva que se centra en los posibles usos terapéuticos de ciertas drogas, como el cannabis, los psicodélicos y los opioides para el manejo del dolor. Los defensores de esta perspectiva argumentan que reprogramar y reclasificar las drogas puede facilitar la investigación y promover un mejor acceso a estas sustancias para los pacientes que puedan beneficiarse de ellas. México fue uno de los 26 países que votaron a favor de desclasificar el Cannabis, sin embargo, los avances en los productos medicinales son muy escasos y en el caso de los opioides tenemos retrocesos como ha ocurrido con el fentanilo.

La educación y prevención de drogas es otra perspectiva importante que enfatiza la necesidad de programas de educación y prevención de drogas basados en evidencia que se centren en educar a las personas sobre los riesgos y daños asociados con el consumo de drogas. El objetivo es ayudar a las personas a tomar decisiones informadas y evitar el consumo problemático de sustancias.

La reforma de la justicia penal es otra perspectiva importante que aboga por cambios en el sistema de justicia penal, como eliminar las penas mínimas obligatorias para delitos relacionados con drogas, reducir el uso de fianzas en efectivo y expandir el acceso a programas de tratamiento de drogas para las personas involucradas en el sistema de justicia penal.

Por último, la cooperación internacional es una perspectiva que pide a los países que trabajen juntos en la lucha contra el tráfico de drogas y promuevan estrategias de desarrollo alternativas en las regiones productoras. La cooperación internacional también es importante para garantizar la implementación efectiva de políticas de drogas y asegurar que se adopten en todo el mundo en un enfoque coordinado y coherente.

A medida que el mundo continúa enfrentando desafíos relacionados con las drogas, es importante seguir explorando nuevas perspectivas y soluciones innovadoras para abordar este problema crítico de manera efectiva y justa para todas las personas.

Castigar o apoyar, ¿Usted qué piensa estimado lector? 

 

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