ANTE las agresivas descalificaciones del Presidente contra la Suprema Corte, vale la pena preguntarse: ¿quién queda más exhibido? ¿El Poder Judicial o Andrés Manuel López Obrador? Porque los ataques verbales contra las y los ministros son eso: simples dichos que no se sostienen. En cambio, en los hechos el jefe del Ejecutivo está demostrando que no le importa tanto la Constitución, sino más bien imponer su visión.
PORQUE una cosa es estar en desacuerdo con lo que se decide en la Suprema Corte y otra cosa muy distinta es lo que está haciendo AMLO: desacreditar a todo el Poder Judicial e insultar a sus integrantes. No es por amarrar navajas, pero si el Presidente se quiere enojar con alguien, que lo haga con sus diputados y senadores. Si no hubieran cocinado la reforma como si fueran enchiladas callejeras, no se las habrían tumbado en la Corte.
Y ÉSE es tal vez el punto central del problema: López Obrador no tiene un solo argumento jurídico para criticar la resolución de la SCJN, por lo que sólo le queda denigrar. O como a él mismo le encanta decir: “La calumnia cuando no mancha, tizna”.
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POR CIERTO que el berrinche presidencial contra la Suprema Corte se da en un contexto internacional bastante similar. En Argentina, Alberto Fernández se lanzó también contra la Corte Suprema porque no le gustó una resolución judicial. Curiosamente, todo su gobierno se sumó a la andanada… justo ahora que está por darse a conocer el nuevo reporte de la inflación argentina que sigue por las nubes.
DE IGUAL FORMA, en Colombia, Gustavo Petro anda despotricando contra el Poder Judicial, porque no le gusta que el fiscal general sea autónomo y pretende que sea su empleado. Dios los hace y el populismo los junta en su furia contra los contrapesos. Y ese camino lleva directo a Nicaragua, donde Daniel Ortega usa a los jueces como arma para perseguir a los opositores.
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CUENTAN que la consejera presidenta del INE, Guadalupe Taddei, no anda de muy buen humor en estos días. ¿La razón? Que la mayoría de las y los consejeros rechazaron varios de los nombramientos que pretendía hacer. El más polémico, sin duda, es el de Flavio Cienfuegos como secretario ejecutivo, la posición operativa más importante del instituto.
LO PEOR del asunto es que dentro del INE se comenta que para cabildear las designaciones pendientes, Taddei está echando mano de operadores ¡del gobierno morenista! Según lo que se comenta por los rumbos de Tlalpan, a las oficinas de los consejeros han llamado personajes de la 4T para presionar, perdón, para ablandar a los renuentes. Y que de ese tema, mucho saben la secretaria Raquel Buenrostro y el diputado Leonel Godoy.
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¡BOMBA! Un juez federal ordenó a la FGR investigar a Hugo López-Gatell por presunta negligencia en el manejo de la pandemia de Covid-19. Seguramente el fiscal Alejandro Gertz Manero hará un gran esfuerzo tratando de no ver y de ignorar todas las pruebas en contra del subsecretario.