El presidente López Obrador viola de nuevo la Constitución al pedir abiertamente el voto para su partido. Ningún gobernante anterior se había atrevido a tanto.
Miren nomás a final de cuentas quién es el intervencionista, quién el violador de la Constitución, la cual ordena de los servidores públicos su absoluta NEUTRALIDAD en los procesos electorales, pues gobiernan para todo el pueblo, no sólo para sus correligionarios.
La violación a la neutralidad fue lo que ACABÓ con el PRI después de 70 años de intervenir en los procesos electorales y así perdió el poder en el año 2000, dando paso a que se instaurara en México una democracia real, por lo menos en las urnas.
Proceso que permitió a los cuatroteños acceder al poder.
Sólo que ahora que lo ostentan, no lo quieren dejar y para ello se están mostrando prestos para destruir la democracia que tanto costó construir.
Resulta totalmente violatorio a nuestra Constitución (específicamente a los Artículos 41 y 134, que exigen de los funcionarios neutralidad e imparcialidad en temas electorales) que el Presidente, desde su investidura, llame abiertamente a votar por Morena en los comicios venideros.
Instruye, es más, con argumentos bizantinos a que voten por Morena dizque para evitar la corrupción.
¿Acaso no es corrupción que ELLOS violen la Constitución?
¿Acaso no es corrupción los robos al erario en SEGALMEX?
¿Acaso no acaba siendo corrupción el FRACASO del INSABI y los miles de millones de dinero público que se le dio a esa institución que nunca cumplió su cometido?
¿Y dónde está ese dinero, o dónde están las medicinas que debió haber surtido?
¡Los corruptos son los que ESTÁN!
No son los únicos, pero son los que están ahora, entonces, ¿cómo demonios es que el Presidente argumenta que los electores deben escoger en la “pura” Morena, o los demás corruptos, obviando que en Morena también hay corrupción?
Esto en cuanto a lo FALAZ de su argumentación, pero aparte, y más grave, es que lo que plantea el Presidente es ILEGAL porque ROMPE con la neutralidad e imparcialidad que debe respetar.
Abiertamente está pidiendo desde la Presidencia el voto para SU PARTIDO, lo cual resulta ser ilegal.
¡Ni los Presidentes priistas más autoritarios, como LEA o Jolopo, se atrevieron jamás a hacerlo públicamente!
Esto pudiera ser indicación de que el señor López anda desesperado, siente que su preciosa y harto cacareada “transformación” está fracasando, que lo que pretende dejar como “legado” a la historia se convertirá en MOFA.
Ello aun asumiendo que quedara como sucesor su corcholata favorita, nada garantiza que por más servil que se muestra ahora vaya a mantener el mismo derrotero.
Los reveses de la SCJN a sus intentos por desmantelar nuestras instituciones democráticas lo han hecho sacar sus rasgos más autocráticos.
La habitual recurrencia al insulto, a la descalificación de la misma SCJN y del INE, de partidos, de individuos, de otros países, a los que paradójicamente tilda de “intervencionistas” por apoyar a ONGs que realizan “benchmarking” en las instituciones democráticas, en naciones donde peligra la democracia, vía un organismo del Departamento de Estado norteamericano llamado USAID, indica claramente que el señor está descarrilado y ya no sabe ni a quién golpear ni cómo justificar la falta de avance de su “transformación”.
Ello, sin reparar en que ha sido la sociedad la que le pone el alto, porque su “transformación” equivale a un RETORNO AL PASADO autoritario priista del que ya nos deshicimos luego de décadas.
No pretende López rescatar a los pobres -de eso ya se dio cuenta la sociedad mexicana-, sino que busca USARLOS como pretexto para ACUMULAR PODER sin límites, brincándose las trancas democráticas con el fin de IMPONER un sistema AUTORITARIO Y CENTRALISTA que en nada difiere del sistema PRESIDENCIALISTA de antaño.
De ahí los intentos por destruir nuestras instituciones democráticas, incluyendo la SCJN o el INE, o el INAI, instrumento vital para hacer efectiva la rendición de cuentas por parte de los funcionarios públicos en el empleo que le dan a los FONDOS PÚBLICOS que son del pueblo y de los que, por ello, el pueblo tiene derecho a saber cómo y en qué se EMPLEAN.
Nada de esto quiere López, lo que quiere es imponerse, DICTAR, ordenar, controlar, y para ello, siempre dispuesto a destruir lo que le estorbe, comenzando por nuestra CONSTITUCIÓN.