Perdono al que roba y al que mata, pero al que traiciona, nunca”.
Emiliano Zapata
Así como el Partido Verde abandonó de última hora a su candidato al gobierno de Coahuila, Lenin Pérez, ayer el Partido del Trabajo anunció lo propio con Ricardo Mejía Berdeja. Tanto Lenin como Mejía han declarado que se mantienen en la contienda. Las boletas ya están impresas y los votos a favor de ambos serán legales.
Es claro que Morena y el presidente López Obrador ejercieron una fuerte presión sobre los líderes nacionales del Verde y el Partido del Trabajo para abandonar a sus candidatos. Estos retiros no modificarán demasiado el resultado de la elección de este domingo. Manolo Jiménez, respaldado por el PRI, el PAN y el PRD, tiene una ventaja demasiado grande. Aun con el efímero apoyo del PVEM y el PT, Armando Guadiana de Morena difícilmente podrá remontar. La Cuarta Transformación, sin embargo, ha querido castigar a los traidores.
El presidente exige lealtad absoluta y tanto el PVEM como el PT entienden que su futuro político está íntimamente ligado a su alianza con Morena. Están tomando decisiones que los afectan en lo local en el afán de no tener un enfrentamiento con el primer mandatario. López Obrador, sin embargo, también necesita a sus satélites.
AMLO tiene una muy saludable popularidad, 60% en la encuesta de Reforma, pero eso no le garantiza arrasar en las elecciones de 2024 como quiere. Un 39% de la población desaprueba su gestión. Hoy cuenta con mayorías absolutas en las dos cámaras del Congreso, pero quiere mayorías calificadas, de dos terceras partes, para enmendar la Constitución a voluntad y acabar, como ha anunciado, con el Poder Judicial independiente. No será fácil.
López Obrador se queja constantemente de nuestro sistema democrático, pero este le permitió llegar a la Presidencia en 2018 con un partido que apenas obtuvo su registro en 2014. Sin embargo, aunque él mismo recibió 53.19% del voto, Morena estuvo muy lejos de ese resultado. El partido consiguió 38.8% en la elección para diputados federales; sus aliados, el PT y el Partido Encuentro Social, 5.08 y 2.5, respectivamente. En total, la alianza logró 46.38%, que se tradujo en 191 diputados para Morena, 61 para el PT y 56 para el PES, que perdió su registro, pero no sus legisladores. La coalición salió de la elección con una mayoría absoluta de 303 diputados, 61.6%, ayudada por una maniobra que le permitió rebasar el máximo de sobrerrepresentación, de ocho puntos porcentuales, fijado por la Constitución. Morena después convenció o compró a otros legisladores, incluyendo los 16 del Partido Verde, para unirse a su alianza.
En las elecciones federales de 2021 Morena registró solo 34.1 por ciento del voto popular, bastante menos que en 2018. A esto habría que añadir 5.43 del Verde y 3.25 del PT, sus aliados El 42.78% del voto se convirtió en 278 diputados o 55.6% de los escaños.
Morena precisa de sus satélites para lograr la mayoría absoluta. Tanto el PT como el Verde pensaron que podían manejarse con independencia en Coahuila, pero es claro que el presidente exigió a Mario Delgado, presidente de Morena, que les pusiera un ultimátum: o estás conmigo o eres mi enemigo. Los dirigentes nacionales del PVEM y del PT se plegaron, pese al daño que están causando a sus organizaciones en el estado, pero el presidente está preparando su estrategia para una batalla que considera más importante: el plan C que le daría la mayoría calificada para cambiar la Constitución a su antojo en septiembre de 2024, un mes antes de dejar la Presidencia.
La enemiga
Ayer continuaron los ataques desde Palacio Nacional a la ministra presidenta de la Suprema Corte, Norma Piña. La cuestionaron por liberaciones de personas que jueces diversos decretaron conforme a la ley. AMLO se mantiene fiel al principio de escoger a un enemigo y perseguirlo de manera implacable. Antes era Lorenzo Córdova, hoy es Piña.
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