Con todo respeto a quienes celebran el “triunfo” electoral de Morena en el Estado de México, los números indican que la que realmente ganó fue la ABSTENCIÓN. De un padrón de 12 millones, sólo votó la mitad de los empadronados, es decir, 6 millones. Y de esos 6 millones, Delfina Gómez recibió poco más de 3 millones de votos.
Sí, ganó Gómez a una enclenque “alianza”, mas no puede afirmarse que su triunfo haya sido abrumador.
Queda claro que si la oposición ha de vencer a Morena en los comicios presidenciales del 2024 debe hacerlo VENCIENDO LA ABSTENCIÓN y motivando a la gente a que salga a votar, y que lo haga en contra de Morena. Para ello, obviamente, requiere la oposición un candidato, o candidata, fuerte, carismático y con arrastre. La gran pregunta es si lo encontrarán con el poco tiempo que falta.
Habrá que evaluar, visto que en el Edomex no funcionó el candidata vs. candidata, si necesariamente se requiere una fórmula de igualdad de género. ¿Por qué no considerar enfrentar a un hombre contra una mujer (si por ejemplo, Morena o su líder de facto decidieran lanzar a una mujer)?
Alejandra del Moral en el Edomex poseía -evaluando objetivamente- un mayor número de cualidades que la profesora Gómez, sin embargo, no pudo sacar a la gente a votar por ella; entonces la derrotó la maquinaria de Morena, con gran injerencia, afirman, del contiguo Gobierno de la CDMX que encabeza la corcholata Claudia Sheinbaum.
Con la Gubernatura en la mano, y si la señora Sheinbaum es la candidata, amor con amor se pagará en el 2024, viendo que el Edomex es uno de los Estados con mayor número de votantes.
No duden ustedes, amigos lectores, que con VEINTITRÉS Gubernaturas en la bolsa, todos los Gobernadores morenistas operarán a favor de su candidato en el 2024, en lo que seguramente será una elección de Estado a la vieja usanza del PRI. Los que hoy son morenistas en su mayoría son hijos putativos del PRI, de manera que la tendencia será la de repetir las enseñanzas electorales del pasado que tan buenos resultados les dieron por más de 70 años.
Con la ayuda adicional de la muy transparente compra de votos, o mínimo de voluntades, que se logra con los programas asistenciales impulsados por el Presidente, y a algunos de los cuales anunció un incremento de 25 por ciento. Ello pese a que las finanzas federales están sufriendo por diversos factores, entre ellos, apoyos extra a entidades como PEMEX, y el creciente costo de las obras favoritas del sexenio, que se ha disparado.
La oposición a Morena no la tiene fácil, deberán lograr cuajar muchos milagros para armar un frente fuerte y sólido que venza el desánimo, el desinterés, y que genere un voto de castigo considerable.
Si estuvieran cruzándose apuestas en los “books” de Las Vegas, los momios sin duda favorecerían la continuidad de los morenistas, pues tan sólo lograr que la oposición llegue a acuerdos sensatos luce mucho muy cuesta arriba.
Dicho esto, también debe decirse que no todo es imposible, y que debe darle ánimo a la oposición esa enorme RESERVA de votos no ejercidos, de esa enorme abstención, que representa un mucho mayor número contable que con los que hoy ganan los aparentemente invencibles morenistas.
Si logran movilizar esa masa abstencionista, sus probabilidades incrementan considerablemente. ¿Y qué hay que hacer? Darles esperanza, certidumbre, mostrarles un camino de éxito para México, el sendero del crecimiento, del bienestar, del progreso, de la creación de empleos, de la prosperidad para todos.
Deben los abstencionistas ser INSPIRADOS a entender la necesidad de un cambio, de un retomar el rumbo hacia la modernidad, la autosuficiencia y no LA DEPENDENCIA en las dádivas de un papá Gobierno que regala pedazos de pescado en lugar de enseñar a pescar. Imperativo resulta convencer a los abstencionistas que no votar equivale a entregarle la decisión de qué rumbo imprimirle al País a OTRAS personas; es ceder la capacidad de influir en la buena marcha de la nación a políticos que sólo piensan en lo que les conviene a ellos y no en lo que le conviene al pueblo.
Se requieren en la oposición candidatos -o candidatas- que motiven hacia la AUTODETERMINACIÓN y el repudio al CACICAZGO de antaño.