Salamanca, Guanajuato.- Alfredo Sánchez Toledo es originario de la comunidad El Guaricho, y como muchos campesinos de temporal sembró su parcela en seco con la esperanza y la fe puesta en Dios de que este año llegue una buena temporada de lluvia.
ya nada más estamos esperando que Dios nos mande la lluvia y si no llega la lluvia, pues perdemos la semilla que tiramos.”
“Nos ha ido mal, como este año que pasó no hubo cosecha por falta de lluvia, se quedaron las milpitas chiquitas y los sorgos apenas empezaron a espigar. Ahorita ya toda la gente sembró en seco, ya nada más estamos esperando que Dios nos mande la lluvia y si no llega la lluvia, pues perdemos la semilla que tiramos”, comentó el campesino.
Sentado bajo la sombra de un árbol, a las afueras de su vivienda, Alfredo Sánchez Toledo ve transcurrir una calurosa mañana, el hombre que sobrepasa los 60 años ha sido campesino durante toda su vida, en su parcela de temporal ha dejado muchas horas de esfuerzo, sudor y cansancio. De su trabajo en la tierra de cultivo sacó adelante a su esposa y a sus 8 hijos.
estamos esperando la voluntad de Dios, que lleguen las lluvias, esa es la esperanza del campesino.”
Las arduas jornadas de trabajo y el paso del tiempo han empezado a mermar la salud de Alfredo, las fuerzas ya no son las mismas que en antaño y un familiar le trabaja su parcela.
“Desde que yo pude trabajar siempre fue dedicarme al campo, pero ahora me enfermé y pongo quien me trabajé mi parcela, me la trabaja un yerno, ahorita ya me sembró y estamos esperando la voluntad de Dios, que lleguen las lluvias, esa es la esperanza del campesino”, dijo.
Hoy, la trinchera de Alfredo no está entre los surcos, pero, aunque ya no puede labrar la tierra, siempre está cerca de su parcela, ahí ha dejado su vida y ahí quiere morir.
El Guaricho se ubica a 17.3 kilómetros en dirección sur de Salamanca, en esta zona del medio rural, los campesinos de temporal siembran sorgo y maíz y para hacer producir una hectárea, además de las horas de trabajo, se tienen que invertir aproximadamente 2 mil pesos de semilla y más de 20 mil pesos de abono.
El calor arrecia y hay estiaje en la presa de Mendoza, pero Alfredo no pierde la fe y la esperanza de que este año habrá buena temporada de lluvia… Esa misma fe la tienen puesta en Dios los campesinos de San José de Mendoza, El Guaricho, El Estanco, La Mesa de Mosqueda, La Salitrera, la Mesa de San Isidro, El Caracol y El Eslabón.
Además: San José de Mendoza, Salamanca, sin agua potable y una presa casi seca
CA