-Calor, bichos, violencia, una semana para el olvido en la que sentimos que se nos complican las cosas.
-Mientras tanto, los robots no solo son cada vez más inteligentes, sino más dignos de nuestro cariño, según sostiene una especialista en la materia.
-Y para terminar, la muerte de Daniel Ellsberg nos remite a historias bien contadas en series, películas y documentales.
Acompáñame, estimado lector, en este recorrido semanal.
Poco que escribir a casa
El calor nos agobia más que en los últimos 20 años, la sequía amenaza el riego y el consumo, los alacranes hacen fiesta y Guanajuato padece el mes más violento de 2023, quedó atrás la ilusión de reducir la violencia.
A pesar de todo, mejor echar mano de la templanza y hacer lo que nos toca, si en algo podemos colaborar para que las cosas no se compliquen todavía más.
La fiebre electoral no da tampoco lugar a muchas esperanzas. Mientras que la selección de la candidata (o) de Morena al liderazgo de los “Comités de Defensa de la Cuarta Transformación”, esa figura que tanto nos evoca a la Cuba de Fidel Castro, provocará sin duda un jaloneo de pronóstico, el curso que ha tomado el proceso de sucesión en Guanajuato garantiza también el descuido de funcionarios de sus tareas y seguramente, tensiones en ascenso. Habrá que ver hasta dónde llegamos.
Entretanto, durante la primera quincena de junio tuvimos niveles de violencia que no veíamos desde el nefasto 2020. Los ataques a policías, el descontrol en Celaya y la brutal pelea por el mercado de drogas en León son muestras claras de la descomposición de la situación.
Baste un dato para comprobarlo. Si tomamos las cifras oficiales de homicidios dolosos y las comparamos con el conteo que sobre el tema lleva AM, León solito tiene entre enero y mayo más asesinatos que 20 estados de la República, con 397 casos a los que habría que sumar los 51 que ya llevamos en junio.
Como ya se comenta hoy en La olla de AM, donde se tratan algunas de estas cuestiones con muchas más seriedad, el tema parece haber salido de la agenda de nuestros funcionarios y diputados, salvo en el caso del secretario de Seguridad que en medio de la tormenta, aprovecha para presumir las habilidades de sus policías.
Los reclamos por la inseguridad surgieron esta semana entre los sacerdotes, en medios de información (algunos) y en el la muerte de Daniel Ellsberg nos remite a historias bien contadas en series, películas y documentales., donde destacó la emotiva intervención de la diputada Alca Alcaraz (foto) y el hecho de que hasta los panistas exigieron aclarar los asesinatos de policías.
Mi amado robot
Con el atractivo título de “no deberíamos reírnos de la gente que se enamora de una máquina, nos pasará a todos”, El País publicó una sorprendente entrevista con Kate Darling, una científica que en el mítico media lab del MIT investiga los efectos legales, sociales y éticos de nuestra relación con máquinas que tienen cada vez más cualidades que nos asombran.
De acuerdo con el texto Darling, autora de un libro sobre el tema que tituló “The new breed” (“La nueva casta”), afirma que para entender nuestra relación con los robots la mejor comparación que podemos hacer es con los animales, no con los seres humanos. Y eso a pesar de que acepta que tras la aparición del ChatGPT, que utiliza nuestro lenguaje, hacerlo es más difícil.
“En muchas investigaciones sobre la interacción humano-robot, las personas ya tratan a los robots como seres vivos, aunque saben que son solo máquinas. Pero a la gente le encanta hacerlo. Las personas incluso antropomorfizan a los robots y nos proyectamos sobre ellos, les damos cualidades humanas locas, emociones”, sostiene Darling.
Y añade que “la gente también entiende que está interactuando no con una persona, sino con algo diferente. Los robots serán un nuevo tipo de relación social: puede ser como una mascota o puede ser algo totalmente diferente, por eso mi libro se llama nueva casta. Pero no creo que reemplace necesariamente las relaciones humanas. Será algo diferente, pero definitivamente va a pasar”.
Darling, que se lleva trabajo a casa para entender la naturaleza de sus actividades, platica al periodista Jordi Pérez Colomé que en su hogar tiene una foca bebé, un robot dinosaurio, un perro robot y otros bichos “que son más para ayudar en casa, como un asistente o una aspiradora”. Aunque algunos de los aparatos están diseñados para estar siempre encendidos, explica que suelen apagarlos. Y ellos hacen su parte: “el perro, por ejemplo, cuando la batería está baja, busca su lugar de carga y se tumba como si fuera a dormir para cargarse”
Y en la parte más interesante de su explicación, sostiene que el gran tema pendiente es el desarrollo de las relaciones afectivas entre los humanos y los robots, asomos de la cual ya hemos visto en las máquinas que acompañan a las personas mayores o hasta con Alexa (hay días en los cuales, por la diferencia entre nuestros horarios de trabajo, platico más con el dispositivo de Amazon que con mi esposa).
Explica la especialista:
“La gente antes no veía el valor de tener una mascota. El animal debía cumplir una función: el perro cuidaría la casa y el gato atraparía a los ratones, pero luego la gente se dio cuenta de que la relación con la mascota y la conexión emocional eran el verdadero valor. Ahora tienen mascotas por ese motivo. Pasará lo mismo con los robots”.
¿Qué ver, qué leer?
A pocos días de que acabara de ver “Los fontaneros de la Casa Blanca”, ocurrió el jueves la muerte de Daniel Elbsterg, un personaje fundamental para entender aquella época por su rol en la filtración de los llamados “Papeles del Pentágono”, una acción que resultó fundamental para terminar de desacreditar el papel de Estados Unidos en la invasión de Vietnam.
Como se sabe, la irrupción de E. Howard Hunt y G. Gordon Liddy en el consultorio del psiquiatra de Ellsberg fue la primera ‘hazaña’ de los fontaneros que acabarían involucrados en el enorme fiasco de la irrupción en el edificio Watergate.
Y aunque la historia aparece en esta serie satírica, (Ellsberg no), el papel del analista militar se ha visto reflejado en buenas piezas para el cine y la televisión. La más conocida es “The post”, de Steven Spielberg, una película inolvidable para los periodistas y que retrata la lucha de The Washington Post y de The New York Times por revelar el contenido de aquel monumental estudio sobre la política exterior norteamericana.
Para la anécdota queda el hecho de que en aquella película encarnó a Ellsberg el actor británico Matthew Rhys, quien participó en una de las grandes series sobre el espionaje en la Guerra Fría, “The Americans”.
Pero para conocer más a fondo el asunto, en 2009 se difundió “The Most Dangerous Man in America: Daniel Ellsberg and the Pentagon Papers”, un interesante documental que recoge toda la historia de la revelación de las 7 mil páginas de papeles secretos y el encarnizamiento con que el Gobierno norteamericano lo persiguió, al grado de que llegó a enfrentar una posible condena de más de 100 años, aunque al final un juez desestimó los cargos en su contra. La obra puede encontrarse en YouTube y para quien tiene interés en la historia, vale la pena verla.
Y eso es todo por este domingo, muchas gracias por tu atención.
Aprecio tu lectura y espero que compartas estas líneas, si acaso crees que valen la pena.
Los comentarios son siempre bienvenidos.
La semana próxima nos saludamos.