La historia de un pueblo no se construye en un día, es cierto, pero todos los días sí se construye su historia. Afán de muchos es reducir a una contabilidad corta y cerrada las etapas históricas y explicarlas como un proceso de principio a fin, con la intención de anunciarlas como un fracaso o un éxito. Lo cierto es que, en relación a los aconteceres sociales, los procesos políticos son más largos que la esperanza de los pobres.
Los partidos políticos de cierto son los instrumentos de medición de las aspiraciones y desengaños de los ciudadanos, nacen, crecen, se reproducen y mueren. El PRI es una referencia de una vida longeva, que declina entre la banalidad y la ambición personal de sus líderes. Poco queda de su vigorosa y poderosa organización. En el siglo pasado, su mayor votación fue en 1994 con 17 millones de electores, a 9.2 millones en la elección presidencial del 2018. Perdió la presidencia de la República, y el rumbo también. Ha cumplido ni más ni menos que 94 años.
En Guanajuato su votación estatal de mayor impacto fue en el 2012, obtuvo 948,590 votos, el 40.9% de la votación total; seis años después, cayó con la peor cifra de su historia, bajó a 266,916 votos, con el 12.7% de la votación total.
El PAN es el segundo partido sobreviviente del siglo pasado, y desde luego ya no se funde a la primera horneada, pesan sobre sus hombros 84 años. Su longevidad ha sido gracias a la relación simbiótica que se da con el PRI a partir del año 2000, cuando le ceden la presidencia de la República. Su peor votación ocurre precisamente 12 años después cuando pierde la presidencia de la República, y obtiene solo 12 millones 610 mil 120 votos. Sin los acuerdos del 88 y 94, estaríamos en este momento, viendo un PAN renovado y con siglas diferentes, lo que seguramente ocurrirá después de la elección del 2024.
En Guanajuato su mejor momento electoral es en 1994 cuando Vicente Fox, gana la elección para gobernador, obtiene 723 mil 337 votos, que significarían el 40.9% de la jornada electoral. Hay un segundo momento en que llega a la cúspide de su votación, es en el 2012, obtiene 1,111,623 votos (48%); pero en la elección del 2018, sus números bajan a 1,040,949 votos (49.8%). Hoy gobierna Guanajuato, pero enfrenta la pérdida de poder político y electoral en el ámbito nacional, y la ausencia de liderazgos nacionales. De cierto, su fortaleza local es fruto de un sistema de competencia muy bien diseñado y estructurado que pudiera resquebrajarse en el 2024.
Morena, es el partido más joven, surge de experiencias de participación electoral diversas, que le han permitido aglutinar a grandes sectores de la población. Su oferta política al interior del partido como al exterior, son un parteaguas en las prácticas de organización y representación, lo que le ha permitido avanzar a pasos agigantados. Prácticamente nace con el triunfo bajo el brazo, su mejor votación es en el 2018, gana la presidencia de la República con 30 millones 113 mil 483 votos, y desplaza al PAN y al PRI del escenario político. En Guanajuato su peor votación es en el 2018, obtiene 507,903 votos con el 24.3% de la votación, y pierde la elección a gobernador.
Para Morena todo ha sucedido muy rápido, su contundencia electoral es una interrogante todavía, y al tiempo habrá que analizar su contexto, y su asertividad. Por eso me permito adelantar estos datos, que nos muestran esa efectividad y contundencia en tan breve tiempo.
En la encuesta del 14 de junio de la empresa ELECTORALIA, preguntaron: ¿si la elección a la presidencia de la República fuera hoy, por cuál partido votaría? Por el PRI votarían el 8%; por el PAN 17%, y por Morena el 51%.
La empresa Enkoll en una encuesta comisionada por el UNIVERSAL, publicada el 24 de mayo señala que la intención del voto en GUANAJUATO es: para el PRI 9%; para el PAN 31%; y para Morena el 37%
Un par de datos más que nos revelan una nueva postal del mapa político mexicano es el siguiente: Morena hoy tiene 208 diputados federales, y 405 locales; el PAN 101 diputados federales y 217 locales; el PRI tiene 130 diputados federales, y 122 locales. Gobierna 21 entidades en 5 años, y después del pasado 4 de junio gobernará 86,084,460 habitantes del país, el 68.3% de toda la población mexicana. El 31.7% restante lo gobierna aun el PRI, el PAN, MC, PES, y el Partido Verde.
¿Qué viene después de esto? Ni más ni menos que la elección presidencial, y la renovación de 8 gubernaturas: Chiapas, Jalisco, Morelos, Puebla, Tabasco, Veracruz, Yucatán, Guanajuato y la Jefatura de la Ciudad de México. A un año de realizarse la elección el país ya se cimbra, y todos los actores políticos están con un ojo al gato y otro al garabato. Morena es el enemigo a vencer, pero la vejez del PAN y el PRI, le dan una cómoda distancia en algunos Estados del país, y en otros, será un dolor de cabeza si no eligen al mejor candidato.