Hoy las enfermedades mentales están tomando visibilidad, que es el primer paso para ayudar y resolver

Cuando yo era un pequeñín, no existía el trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH) es una afección crónica que afecta a millones de niños y a menudo continúa en la edad adulta. Simplemente al que no prestaba atención en clases, se le castigaba y a quién no aprendía se le reprobaba.

Hoy sabemos, el TDAH incluye una combinación de problemas persistentes, tales como dificultad para mantener la atención, hiperactividad y comportamiento impulsivo y se atiende por especialistas. De igual manera no existían ni el SIDA ni el Coronavirus, enfermedades que por mutaciones y/o evolución genética, van apareciendo en nuestro mundo moderno y desgraciadamente, por desconocimiento, en un principio, dada la novedad, sin antídotos o medicinas y muchas veces sin idea de cómo tratarlas o como evitarlas.

Lo mismo pasa con las “enfermedades mentales” (no hablo de locura), entre ellas la depresión y la ansiedad de las cuales no conozco nada, pero un grupo de gente linda, a través de la organización AYNI, decidió atender el problema en Guanajuato y durante el proceso, compartir su aprendizaje y experiencia con AYNI internacional y con todo aquel organismo, gobierno o institución interesada en atender y resolver el problema.

De esas sorpresas que da la vida, por entrevista de Joaquín López Dóriga nos enteramos que la semana pasada la ONU tomó la decisión de atender la propuesta del embajador de México, el Dr. Juan Ramón de la Fuente, de reconocer como un mal de salud mundial, con prioridad, las enfermedades de salud mental y el derecho humano a ser atendido. La falta de atención en el pasado deriva de que las enfermedades mentales son muchas veces silenciosas (no se detectan), es decir, la mayoría de las personas no saben que las tienen y por lo mismo no había sido tema, ni de preocupación y ni de atención por parte de la ONU.

Como expresé la semana pasada, para atender un problema la tarea empieza por el interés individual de “hacer algo”, que da pie a la formación de grupos (equipos de trabajo) multidisciplinarios, públicos y privados que, en coordinación AYNI asuman una tarea para, durante el proceso, definir objetivos y estrategias alcanzables apoyándose en la sociedad civil, instituciones de educación e investigación, organizaciones de la sociedad y empresariales e instituciones de gobierno; detectan e identifican los problemas sus causas y consecuencias como primer tarea, asumen su atención definiendo estrategias como segunda tarea, y así pasan a visibilizarlos y construir la sinergia de trabajo para atenderlos y darles solución… Hoy la ONU ya entró en la etapa de visibilización del problema y ello abre el camino para atenderlo con mayor profundidad en el mundo y en México, lo que permite, con el involucramiento de los gobiernos, darle prioridad en Guanajuato gracias a la iniciativa de AYNI. Todo ello motiva y genera esperanza para el grupo y para quienes las padecen, cuya atención puede ser muy diversa de acuerdo a la condición o padecimiento, ya que para atenderlos se requieren diferentes tratamientos, yendo desde el trato afectivo y el apoyo comunitario y/o familiar, hasta el tratamiento con medicamentos y atención profesional.

Pero, ¿qué es la ansiedad?: tomo de Internet: “La ansiedad es un sentimiento de miedo, temor e inquietud. Puede hacer que sude, se sienta inquieto y tenso, y tener palpitaciones. Puede ser una reacción normal al estrés.”, ¿y la depresión?: “La depresión es una enfermedad que se caracteriza por una tristeza persistente y por la pérdida de interés en las actividades con las que normalmente se disfruta, así como por la incapacidad para llevar a cabo las actividades cotidianas.” Grande el reto para AYNI Guanajuato y para todos quienes se interesen y participen en resolver los problemas de salud mental, en parte causados por la “vida moderna” y la forma de abordarla; de lo cual seguiré platicando en próximas colaboraciones… ¡Así de sencillo!

Un saludo, una reflexión.

Santiago Heyser Beltrán

Escritor y soñador

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